Otro enorme escualo acecha a la familia del jefe Brody que en ésta cuarta parte ha fallecido víctima de un infarto. Sus hijos llevan vidas dispares. El más joven se ha convertido en policía de Amity, mientras que el segundo investiga los océanos con un amigo en Las Bahamas. La película arranca con la muerte del hermano pequeño a manos de un tiburón. El hermano mayor se lleva a la madre a Las Bahamas para que supere la muerte de su hijo en un sitio tranquilo. Sin embargo, el gran blanco les sigue y empieza a hacer de las suyas.

Otra vuelta de tuerca más para una historia absurda a la que ni siquiera salvan los pobres efectos especiales. La viuda de Roy Scheider toma las riendas y junto a su hijo plantarán cara una vez más al gigantesco escualo. Les acompañan Mario Van Peebles, que interpreta al amigo del protagonista y Michael Caine que es piloto de avioneta. La presencia de Caine en el reparto es meramente anecdótica. Apena verle co-protagonizar semejante tontería, pero me imagino que le pagarían bien.

La película tiene unas nefastas escenas de acción del todo inverosímiles, con las que se pretende sorprender al espectador pero lo único que producen es bochorno. Reconozco que cuando la vi de pequeño me gustó bastante pero hoy en día....