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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Harold Angel:
6
Acción Tras el secuestro de un líder religioso musulmán por tropas norteamericanas, Nueva York se convierte en el objetivo de una serie de atentados terroristas. Anthony Hubbard, el director del equipo antiterrorista del FBI, y la agente de la CIA Elise Kraft serán los encargados de intentar acabar con la organización criminal. Mientras tanto, el gobierno decide declarar la ley marcial en la Gran Manzana. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en 1998 se estrenó Estado de sitio la película no tuvo mucho éxito aunque la comunidad musulmana estadounidense protestó por la imagen negativa que ofrecía la película de los musulmanes, asociando terrorismo con islam. Aquel año Bin Laden y su organización terrorista Al Qaeda volaron las embajadas americanas de Kenia y Tanzania provocando más de 200 muertos. El entonces presidente americano Bill Clinton no hizo nada para acabar con los terroristas, salvo bombardear una supuesta fábrica de armas químicas en Sudán que luego resultó ser una fábrica de medicamentos. Así que tres años después George Bush Jr. se encontró con todo el pastel del 11S poco después de acceder al cargo. Fue precisamente en 2001 cuando la película volvió a cobrar interés debido a las similitudes entre el argumento del film y lo que sucedió en realidad.

En Estado de sitio un grupo de terroristas árabes divididos en células independientes siembra el terror en la ciudad de Nueva York al perpetrar una serie de brutales atentados como respuesta a la detención de un líder espiritual islámico. El FBI se encuentra desbordado por la situación y el presidente de Estados Unidos se ve obligado a declarar la ley marcial por la cual el ejército toma el mando de la situación, confinando a los sospechosos en estadios para encontrar a los terroristas.

La película plantea temas éticos como la respuesta que se ha de dar en estos casos. Bruce Willis interpreta a un duro general partidario de la mano dura como el uso de la tortura en los interrogatorios. Denzel Washington vuelve a brindarnos otra excelente actuación encarnando al jefe del FBI encargado de perseguir a los responsables de las matanzas. Su postura es más tolerante y civilizada a la hora de llevar a cabo la investigación. En medio de ambos encontramos a una agente secreta de la CIA, interpretada por Annette Bening, que mantiene contacto directo con chivatos infiltrados en la comunidad musulmana que le proporcionan información.

Los atentados que muestra la película en su momento pudieron parecer exagerados e inverosímiles, pero la realidad superaría la ficción en septiembre de 2001. No obstante, la película es muy respetuosa con los musulmanes incluyendo varios personajes árabes en el reparto como el conocido Tony Shalhoub alias Monk. Además desde un comienzo se deja bien claro que los terroristas son fanáticos extremistas que nada tienen que ver con el islam sino todo lo contrario porque hacen una lectura sesgada, radical y parcial del Corán. Es decir, que se marcan las distancias para que no se generalice y se asocie islam con terrorismo.

Sin embargo es cierto que la cinta adolece del buenismo al querer quedar bien con todo el mundo, incluso el guión incluye una crítica a la política exterior americana con los tejemanejes ocultos de la CIA que han creado un monstruo al que han enseñado a matar y ahora se les ha rebelado y no saben cómo controlarlo. Un poco lo que les pasó a los americanos cuando apoyaron a los talibanes en su guerra contra la URSS.

En general, el filme es entretenido y se puede ver por el interesante argumento que plantea porque está muy de actualidad. Estado de sitio fue una de las primeras películas que trató el tema del terrorismo islámico y en este sentido fue pionera. Más tarde y después del 11S otras grandes producciones quisieron hacerse eco del asunto como por ejemplo, Red de mentiras, La sombra del reino o Syriana.
Harold Angel
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