Macaulay Culkin interpreta a un chaval al que sus padres olvidan en casa cuando se van de vacaciones a París en Navidad. Una pareja de ladrones merodea la lujosa mansión en la que vive y se deciden a robarla sabiendo que mucha gente del barrio se ha ido de vacaciones en esas fechas. De modo que al bueno de Culkin no le quedará otra que ingeniárselas para hacer creer a los ladrones que hay gente en casa. Sin embargo, éstos acaban descubriendo que está solo, pero cuando entran a robar el chaval les tendrá preparadas toda clase de trampas.

Hizo saltar las taquillas de medio mundo esta divertida comedia infantil escrita por el experto en comedias adolescentes John Hughes y dirigida por el guionista de Los Gonnies. Las ingeniosas tretas que Macaulay Culkin idea para deshacerse de los ladrones son uno de los platos fuertes de la película llena de mamporros y gags que hicieron las delicias de jóvenes y no tan jóvenes en el momento de su estreno. Tuvo varias secuelas y la segunda no está mal, el resto no las he visto.

Macaulay Culkin se convirtió en una estrella y protagonizó varias películas con relativo éxito hasta mediados de los noventa cuando su cara de simpático crío angelical cambió con los años. Un año antes había coprotagonizado otra película similar junto a John Candy que también aparece en ésta, titulada Solos con nuestro tío. En el reparto figuran muchas caras conocidas pero de entre todas ellas me quedo con Joe Pesci, que demostró su versatilidad al interpretar aquel año dos papeles completamente diferentes. Uno dramático por el que ganó el Oscar en Uno de los nuestros, y el otro cómico como el torpe ladrón que junto a Daniel Stern sufre toda clase de trompazos en la casa de Culkin.