Dura, hermosa y cruel. Brokeback Mountain es una gran película estupendamente interpretada por sus dos protagonistas, mención especial para Heath Ledger. Con una banda sonora maravillosa, justa ganadora del Oscar y una fotografía espectacular, que capta a la perfección los bellos parajes donde se desenvuelve la trama.

La triste historia de amor entre dos vaqueros a lo largo de 15 años en un territorio hostil hacia la homosexualidad. Y sobre todo, la guerra interior que mantiene uno de ellos consigo mismo al no ser capaz de asumir su condición de homosexual (la escena en la que hablan de las chicas que se han ligado sin molestarse y sin embargo, en el momento en que Gyllenhaal le confiesa que ha estado en Méjico con chaperos y se ponen a discutir, es reveladora de los celos que sienten después de estar años sin verse). También se observa en la película la hipocresía de una sociedad puritana e intolerante que desprecia la homosexualidad y la oculta por vergüenza (La escena en que el padre de Heath Ledger le obliga cuando es un niño a ver lo que les hacen a los sospechosos de ser gays es brutal). En definitiva, una historia de amor bonita y desoladora.

En la edición de los oscars de 2005 compitió con Crash. Y aunque Brokeback mountain tenía la vitola de favorita fue Crash quien finalmente se llevó el Oscar de mejor película. Algunos consideraron que la Academia se equivocó intencionadamente porque no quería premiar una película homosexual. Sin embargo, reconociendo que ambas películas son muy buenas, para mi gusto, Crash es superior. Además, la Academia repartió muy bien los galardones para compensar. Y a los que la acusaron de parcial, hay que recordarles que Hollywood ya premió en su día a Cowboy de medianoche, una película con temática gay, con el Oscar de mejor película allá por el año 1969.