Vidas rebeldes cuenta la historia de una atractiva mujer recién divorciada que se hace amiga de un veterano vaquero y un mecánico ex-piloto aéreo durante la guerra. Los tres se van al desierto a pasar unos días en la restaurada casa del piloto alejados de todo en busca de tranquilidad. Ambos hombres se enamoran de la joven muchacha a la que horroriza la soledad y que dotada de una gran sensibilidad e inocencia consigue despertar en ellos la ternura y la compasión olvidada tras una vida de desengaños y fracasos. Poco después se unirá al trío un cuarto personaje vaquero de rodeos con problemas económicos y alcohólicos.

Película fallida del gran John Huston que con los años ha ido ganando reputación pero que personalmente considero bastante mediocre. Protagonizada por tres actores en horas bajas el film fue premonitorio. Los tres encarnan a unos personajes acabados, amargados y pesimistas. No les costaría mucho interpretar sus respectivos papeles. El estado de ánimo de los tres era muy similar al de sus personajes. No podían estar mejor elegidos los actores para protagonizar una triste historia sobre perdedores inadaptados, tan extraña y compleja como indiferente.

Para Gable sería su última película ya que falleció unos pocos días después de terminar el rodaje. Se empeñó en filmar personalmente sus escenas de acción cuando cazan a los caballos y después de cuatro infartos el bueno de Clark murió. Marilyn Monroe, casada en aquella época con el reputado escritor y dramaturgo Arthur Miller que también escribió el guion, se encontraba en la cima de su carrera pero no era feliz y sus problemas personales perjudicaron el rodaje que tenía que retrasarse a menudo debido a sus caprichos egocéntricos. Falleció un año después de estrenarse la película. Por su parte Montgomery Clift nunca se recuperó del accidente de coche que tuvo estando borracho a la salida de una fiesta y que le desfiguró la cara. Se dio a la bebida y su carrera cayó en picado a pesar de intervenir en alguna que otra producción de renombre como su trabajo en Vencedores y vencidos que le valió su última nominación al Oscar. Falleció cinco años después del estreno. Por ello y por el conflictivo rodaje cuyo resultado final no satisfizo a los productores, Vidas rebeldes está considerada una película maldita.