Zack Snyder dirige con acierto un buen remake de la legendaria Zombie de George A. Romero. La película es una correcta puesta al día de cine de zombies. En esta versión se presentan unos muertos vivientes mucho más rápidos y agresivos que los de siempre. En noventa minutos se concentra toda la acción de las casi dos horas que duraba la de Romero. La cinta incluye buenos sustos, con eficaces dosis de terror y tensión, como por ejemplo la escena del comienzo con la niña. Los efectos especiales y de maquillaje están a la altura de las circunstancias y además el filme hace gala de un divertido sentido del humor sarcástico de la mano de uno de los protagonistas. El final también depara sorpresas pero para verlas hay que esperar a que terminen los títulos de crédito.

El argumento es muy similar al de la versión original, un grupo de supervivientes de la hecatombe se refugian en un gran centro comercial en el que tendrán de todo para sobrevivir, sin embargo, las cosas no saldrán todo lo bien que ellos esperan. Sarah Polley interpreta a una valiente médica que lidera un grupo variopinto de personajes que irán cayendo en manos de los zombies hasta el desenlace final. Tom Savini, el mítico maquillador de películas del género, realiza un breve cameo a modo de guiño cinéfilo.

Resumiendo, no es tan buena como la original pero si supone un necesario lavado de cara dentro del género. Aunque para ser justos fue a Danny Boyle al que se le ocurrió la idea de mostrar a unos zombies más rápidos y violentos en su magnífica 28 días después.