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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Harold Angel:
7
Acción. Drama Narra la rivalidad que mantuvieron dos grandes pilotos de Fórmula 1, el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda, sobre todo en 1976, año en el que Lauda sufrió un gravísimo accidente que casi le costó la vida. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque mi afición por la Fórmula 1 es relativamente reciente y pareja a los éxitos de nuestro querido Fernando Alonso, Rush es una película lo suficientemente didáctica y entretenida como para poder verla sin ser un experto en la materia. El guión se centra en la histórica rivalidad entre dos pilotos antagónicos. El frío, metódico y al mismo tiempo antipático hasta la náusea Niki Lauda y el atractivo y mujeriego James Hunt. El primero representa las cualidades, virtudes y defectos del carácter germánico. Mientras que el segundo es el de un hombre temerario y vividor. Es decir, el rigor y la disciplina frente a la improvisación y el talento.

Ambos corren para ganar y ser el número 1. Sin embargo Lauda no disfruta de sus éxitos porque es un competidor nato mientras que el otro se muestra más humano y prefiere disfrutar del premio y relajarse pasándolo bien una vez logrado el campeonato. Después del terrible accidente del austriaco y su prematura vuelta a los circuitos, su principal rival se mostrará más respetuoso con su contrincante reconociendo su mérito y estableciéndose entre ambos una sana competencia en la que el primero no está dispuesto a arriesgarlo todo por el título, sobre todo después del accidente que casi le cuesta la vida y que le ha dejado terribles secuelas en el rostro. Ha visto a la muerte de cerca y no quiere hacer sufrir más de la cuenta a su mujer. Hunt por su parte tampoco quiere desaprovechar la oportunidad de ser campeón y se lo juega todo en la última carrera del campeonato en unas condiciones meteorológicas adversas.

La historia gira en torno al duelo que mantuvieron Hunt y Lauda durante el campeonato de Fórmula 1 de 1976. Tanto Brühl como Hemsworth encarnan convincentemente a los respectivos pilotos. El primero muy bien caracterizado para la ocasión con el rostro quemado y su prominente dentadura que le daba aspecto de rata como le apodaron sus rivales para burlarse de él. Pero después del accidente se ganó el respeto de todos al convertirse de nuevo en campeón y recuperar su trono dando un increíble ejemplo de superación. A pesar de su antipatía Lauda se convirtió gracias a su tesón y talento en uno de los mejores y más carismáticos pilotos de todos los tiempos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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