Exitosa película religiosa que describe con todo lujo de detalles los últimos momentos de la vida de Jesús de Nazareth. Se trata de una obra muy realista que se ciñe fielmente a los Evangelios donde se narra la traición de Judas y la crucifixión de Jesucristo en el monte de los Olivos. Gibson recrea este episodio fundamental del cristianismo en el que para dar mayor verosimilitud los protagonistas hablan en los idiomas de la época, es decir, latín y arameo. En la versión estrenada en los cines la película fue subtitulada no así en la edición en dvd.

Se trata de una obra muy emocionante que impacta por su crudeza y que no se olvida del verdadero significado de La pasión para los católicos: el sacrificio del hijo de Dios por los pecados del hombre. En la película se muestra la traición de Judas y su posterior suicidio por ahorcamiento así como la lucha interna de Jesús contra las tentaciones que le ofrece el demonio. La tortura a la que se le somete es la parte más dura junto con la muerte en la cruz. Gibson no escatima ningún detalle y aunque se le acusara de mostrar unas violentas imágenes que rayaban el gore, ciertamente si uno lee los Evangelios se dará cuenta de que los pasajes que describen la tortura de Jesús son igual de violentos.

En suma un gran film que impresionará a los católicos no sólo por su crudeza sino por su hermoso mensaje que aunque lo conozcamos de sobra no está mal recordarlo. Gibson hace gala de su catolicismo y contrata a otro actor devoto como es Jim Caviezel para hacer la versión definitiva sobre la Pasión de Cristo. En el momento del estreno se acusó a la cinta de antisemita pero a mí no me lo parece. Lo cierto es que fueron los judíos quienes denunciaron a Jesús por erigirse en rey de los judíos tachándolo de blasfemo y por ello pidieron su muerte en la cruz, eso es histórico y no significa un agravio a los judíos. Otra cosa es lo que piense Mel Gibson acerca de ellos.