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Voto de Harold Angel:
6
6,8
23.769
Drama
En Los Ángeles, durante una jornada especialmente agobiante a causa del calor y del colapso del tráfico, de repente, un ciudadano normal se rebela de manera violenta y destructiva contra todo lo que lo rodea. Bill Foster (Michael Douglas) no es más que un hombre corriente que supera como puede las frustraciones de cada día y que lo único que quiere es regresar a casa. Un oficial del departamento de policía (Robert Duvall) intentará ... [+]
8 de junio de 2017
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Douglas es Bill Foster un tipo divorciado y sin empleo que hastiado de todo termina desmoronándose en medio de un atasco y abandona su coche para dirigirse a casa de su ex-mujer a ver a su hija que cumple años ese día.
En su momento causó cierto revuelo al tacharla algunos críticos de racista, sin embargo hay una escena en la que se demuestra que no es así. Es aquella que transcurre en la tienda del nazi interpretado por Frederic Forrest. Éste ayuda a Foster al despistar a la policía que le busca después de varios tiroteos en los que ha estado involucrado. El dependiente fascista simpatiza con él porque piensa que es de su misma cuerda, sin embargo, Foster enseguida le deja claro que no es así.
La primera hora de película promete. La historia es original y resulta creíble pero a partir de la mencionada escena la película flojea con episodios que chirrían y estropean el resultado final. (spoiler)
Douglas con un corte de pelo similar al que lució su padre en Espartaco tiene un aspecto agresivo y realiza un trabajo convincente. El veterano Robert Duvall le da la réplica encarnando al policía encargado de capturarle. Para ello trata de entender su errático comportamiento conociendo a su madre y a su ex-mujer.
El guión critica la agresividad de la gente en las grandes ciudades, de como su falta de educación y respeto se contagia y hace muchas veces el ambiente irrespirable. Criticas también a la violencia en la televisión que hace que niños pequeños sean capaces de manejar un bazoka.
En ocasiones nos identificamos con Foster sobre todo al comienzo porque ¿Quién no ha tenido alguna vez ganas de mandarlo todo a la mierda y largarse a casa?
En su momento causó cierto revuelo al tacharla algunos críticos de racista, sin embargo hay una escena en la que se demuestra que no es así. Es aquella que transcurre en la tienda del nazi interpretado por Frederic Forrest. Éste ayuda a Foster al despistar a la policía que le busca después de varios tiroteos en los que ha estado involucrado. El dependiente fascista simpatiza con él porque piensa que es de su misma cuerda, sin embargo, Foster enseguida le deja claro que no es así.
La primera hora de película promete. La historia es original y resulta creíble pero a partir de la mencionada escena la película flojea con episodios que chirrían y estropean el resultado final. (spoiler)
Douglas con un corte de pelo similar al que lució su padre en Espartaco tiene un aspecto agresivo y realiza un trabajo convincente. El veterano Robert Duvall le da la réplica encarnando al policía encargado de capturarle. Para ello trata de entender su errático comportamiento conociendo a su madre y a su ex-mujer.
El guión critica la agresividad de la gente en las grandes ciudades, de como su falta de educación y respeto se contagia y hace muchas veces el ambiente irrespirable. Criticas también a la violencia en la televisión que hace que niños pequeños sean capaces de manejar un bazoka.
En ocasiones nos identificamos con Foster sobre todo al comienzo porque ¿Quién no ha tenido alguna vez ganas de mandarlo todo a la mierda y largarse a casa?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La escena en la que Douglas asesina a Frederic Forrest me pareció muy forzada. Foster no es un asesino sino un tipo al límite que pierde los papeles pero no hasta el punto de asesinar a alguien a sangre fría.
Tampoco me convenció la escena en la que el protagonista dispara su bazoka contra las obras del metro y provoca una gran explosión. Entiendo que es el pretexto para que el chaval le ayude a montar el arma pero me pareció muy exagerado. Como también me lo pareció cuando se cuela en el campo de golf y dispara contra un coche y a su dueño le da un infarto y le deja morir allí. O más tarde cuando se mete en una mansión y secuestra a la familia de cuidadores. Este episodio no es más que otra excusa para poner en solfa el dineral que ganan los cirujanos plásticos en la meca del cine.
Lo mismo que al comienzo cuando entra en un ultramarinos regentado por un coreano que habla mal el inglés y tiene unos precios inadmisibles. Es otra excusa para criticar la carestía de la vida en una época en la que la crisis económica azotaba duramente a los Estados Unidos.
Tampoco me pareció convincente el personaje de la mujer de Robert Duvall. Una esposa trastornada por la temprana pérdida de su única hija y a la que su marido pretende ayudar jubilándose antes de tiempo aunque al final opta por cantarle las cuarenta y seguir en el cuerpo.
En resumen, Un día de furia podía haber sido una gran película pero estos fallos ensombrecen la brillante idea inicial.
Tampoco me convenció la escena en la que el protagonista dispara su bazoka contra las obras del metro y provoca una gran explosión. Entiendo que es el pretexto para que el chaval le ayude a montar el arma pero me pareció muy exagerado. Como también me lo pareció cuando se cuela en el campo de golf y dispara contra un coche y a su dueño le da un infarto y le deja morir allí. O más tarde cuando se mete en una mansión y secuestra a la familia de cuidadores. Este episodio no es más que otra excusa para poner en solfa el dineral que ganan los cirujanos plásticos en la meca del cine.
Lo mismo que al comienzo cuando entra en un ultramarinos regentado por un coreano que habla mal el inglés y tiene unos precios inadmisibles. Es otra excusa para criticar la carestía de la vida en una época en la que la crisis económica azotaba duramente a los Estados Unidos.
Tampoco me pareció convincente el personaje de la mujer de Robert Duvall. Una esposa trastornada por la temprana pérdida de su única hija y a la que su marido pretende ayudar jubilándose antes de tiempo aunque al final opta por cantarle las cuarenta y seguir en el cuerpo.
En resumen, Un día de furia podía haber sido una gran película pero estos fallos ensombrecen la brillante idea inicial.