Con la tercera entrega de Madagascar me pasa como con la Edad de hielo que no he visto las dos primeras y aunque digan que la uno es la mejor esta tercera parte no está nada mal. Los divertidos animales protagonistas se dedican en esta ocasión a recorrer Europa como fugitivos en un circo, llamado curiosamente Zaragoza, con el fin de regresar a su casa, el zoológico de Nueva York. Son perseguidos de cerca por una despiadada policía de la patrulla de animales de Montecarlo cuyas habilidades para el rastreo pondrán a nuestros amigos en más de un aprieto.

Esta es otra de esas películas que veo cuando a uno le toca hacer de canguro porque las cintas de animación no son de mis favoritas, sin embargo reconozco que están muy bien hechas y a los niños les encantan y eso es lo más satisfactorio cuando uno las ve en el cine con ellos y observa cómo les impresiona todo. Me gustó más que Ice Age 3 porque tiene más golpes de efecto y la historia está más trabajada aunque se echa en falta un mayor desarrollo del mensaje central. Es decir esa lección final o moraleja educativa que suelen ofrecer las películas de dibujos animados sobre la vida al estilo de Kung Fu Panda cuando hablaba de la confianza en uno mismo para superar los problemas y esas cosas.