La adolescencia es una etapa de la vida que tienes que pasar como sea. El tránsito por ella, en algunos casos, puede ser una experiencia traumática o que cambie nuestra vida para siempre. Los evidentes cambios corporales a esa edad se magnifican en Blue My Mind. Vuestras mentes perversas ya están imaginando metamorfosis salvajes y repugnantes. Bien bien no es así, aunque la naturaleza campa a sus anchas en una especie de cuento de hadas donde la realidad y la ficción se entremezclan para ofrecernos un producto sugerente a la vez que sorprendente dado el ritmo y situaciones que se crean.

Mia es una adolescente de 15 años que se enfrenta a una transformación que pone en duda toda su existencia. Poco a poco asiste desesperada a un cambio radical de su cuerpo siendo en vano todos sus intentos para detener el proceso. Pronto se ve obligada a aceptar que la naturaleza es mucho más poderosa que ella.

Lisa Brühlmann se mete de lleno en el rodaje de un producto en cierto modo extraño ya que, inicialmente, nos explica la llegada de una chica a un instituto y los esfuerzos que tiene que hacer para ser aceptada. No tarda en encontrar a su alma gemela, su amiga Gianna, que siguiendo la estrofa “She said, hey babe, take a walk on the wild side”, la arrastra a un mundo donde la única palabra valida es: experimentación, y eso engloba todo lo que os imaginéis. Rodar todo esto sin caer en la repetición de cintas que tratan este tema, es el gran reto de la directora suiza. Para ello introduce el tema fantástico que no deja de enturbiarlo todo un poco, pero que sirve de coartada para relatar lo que en principio interesa y que hemos detallado al empezar.

Ese ir más allá del simple relato juvenil convierte la cinta en un producto fresco y sugerente sin escatimar alguna que otra escena escabrosa que nos hará mirar hacia otro lado. Los efectos especiales son simples pero efectivos, consiguiendo que algo totalmente increíble acabe siendo digerible, hasta para las mentes más cuadradas.

Tenemos que destacar la fotografía de Gabriel Lobos que se toma en serio el título del film para ofrecernos unos tonos azulados y oscuros, totalmente acordes con el aire que va cogiendo la trama conforme van pasando los minutos.

Vamos con las interpretaciones. Encabeza el reparto un espléndida Luna Wedler que da vida a Mia. Su magnetismo es evidente, merendándose ella solita toda la pantalla. Como secundarios a destacar, tenemos a unas eficientes Zoë Pastelle Holthuizen y Regula Grauwiller.

Estamos ante una cinta que salvo algunas incongruencias, se mueve como pez en el agua entre la realidad y la ficción. De vosotros depende decantar la balanza hacia un lado o al otro.

http://www.terrorweekend.com/2018/09/blue-my-mind-review.html