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España España · El paraíso
Voto de alefonca:
6
Bélico. Acción. Comedia Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz). Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos concretos. Los ... [+]
2 de octubre de 2009
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es sin duda la clase de crítica que ningún fan de Tarantino (entre los que me encuentro) quisiera escribir. No es agradable enumerar los ‘defectos’ que hacen que su último filme, a pesar de ser mejor que muchos de los que se han estrenado en este 2009, no pase de ser una película más, muy lejos de la excelencia a la que nos tenía acostumbrados.

Siempre he pensado que Tarantino es la clase de director que, en caso de no haber existido, hubiera dejado un vacío en la filmografía mundial difícil de llenar. Es verdad que ahora no son pocos los directores amantes de lo bizarro, capaces de no sonrojarse por elevar cualquier título de Serie B (o Z) a la categoría de ‘película de culto’, o incapaces de no reflejar en su cine la ‘cultura friki’ que les apasiona (como Kevin Smith, por ejemplo), pero ninguno de ellos ha tenido la (más que merecida) trascendencia e importancia de Tarantino.

Pero ‘Malditos bastardos’ es una película que se queda a medio camino de casi todo. No es realmente una comedia (los momentos verdaderamente hilarantes pueden contarse con los dedos de una mano), tampoco una película bélica (no hay más que 4 o 5 disparos en toda la película), ni una crítica al nazismo, ni una denuncia del holocausto, aunque sea levemente. Los habituales homenajes al cine de Serie B se reducen a 4 o 5 momentos puntuales (la más obvia a Leone, uno de sus directores favoritos de siempre), y las referencias al ‘frikismo’ brillan por su ausencia. Para colmo, los ‘bastardos’ son absolutamente irrelevantes, apenas destaca ninguno de ellos (de hecho, casi son imposibles de recordar cuando acaba la película) y sus apariciones son escasísimas. De hecho, el único personaje medianamente interesante (el oficial británico), tiene una aparición brevísima, y la Kruger se limita a lucir palmito. De Pitt y su histrionismo, mejor ni hablar.

En definitiva, salvo aquellos elementos que sabes que nunca van a defraudarte en una película de Tarantino (algún diálogo tronchante, maravillosas referencias musicales, etc.) todo lo demás es absolutamente prescindible. Eso sí, el primer capítulo es fantástico, y el coronel Hans Landa… está de Oscar.

Entre esta película y aquel experimento de ‘Grindhouse’ (al lado de su ‘amigo’ Rodríguez, que parece que le ha contagiado muchos de sus numerosos defectos), no hay duda de que Tarantino no pasa por su mejor momento.
alefonca
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