Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
6
Intriga. Thriller. Drama Alice, investigadora privada, ingresa en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia. Su objetivo es recabar pruebas del caso en el que trabaja: la muerte de un interno en circunstancias poco claras. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentará en su encierro superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura. Un mundo desconocido y apasionante se mostrará ante sus ojos. Adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena.  [+]
27 de marzo de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Dirigida y guionada por Oriol Paulo. Basada en una novela de Torcuato Luna de Tena publicada en 1979. Una mujer ingresa a un psiquiátrico para investigar un homicidio y enfrenta al director.

Por Nicolás Bianchi

En los últimos años del franquismo, Alice Gould (Bárbara Lennie) ingresa a un hospital psiquiátrico tipo manicomio para investigar el caso de un joven muerto recientemente. Si bien Los renglones torcidos de Dios no tiene un fuerte componente político hay cierto espíritu de fin de época que se deja entrever. Luna escribió su novela en 1979 y es en esa época en la que transcurre la historia, que seguramente de alguna manera habla del presente.

Entonces, el primer trabajo de Oriol Paulo ha sido el de ubicar al relato en su tiempo. Y por distintos motivos esto fue realizado con éxito. En primer lugar, se trata de una película con un nivel de producción elevado. Hay muchos recursos en escenografía y vestuario para contar los años 70.

Después del ingreso de la protagonista al nosocomio, la acción decanta en un inevitable enfrentamiento entre Alice y el doctor Alvar (Eduard Fernández), el director del manicomio. El encierro en esta institución no es particularmente cruel en un sentido físico. Los pacientes parecen estar bien atendidos y contar con los alimentos y productos de higiene necesarios. Además, conviven hombres y mujeres en relativa armonía (hasta que dejan de hacerlo, por supuesto).

En cambio, la autoridad se dispensa en forma de medicamentos que con el objetivo de aplacar síntomas atontan a los pacientes. Si se quiere buscar algún paralelismo con el franquismo se puede intuir que se trata de una situación de encierro que sojuzga a los personajes pero ya no es tan dura. En otras palabras, los pacientes de este manicomio podrían estar peor de lo que están. Al mismo tiempo, hay sótanos y hechos del pasado sin aclarar, como en toda dictadura o manicomio.

Según nos cuenta la película de la mano de su protagonista, Alice es una mujer de una elevada posición social que se dedica a la investigación privada. Una persona que ella estima le ha encargado resolver este asesinato que ha afectado a su familia. Un joven que estaba internado en este hospital psiquiátrico ha muerto en situaciones que no están claras.

Pero por más que un principio la narración se incline por un tono más policial pronto empieza a haber otro interrogante. ¿Es Alice quien dice ser o es una paciente psiquiátrica de una inteligencia e imaginación extraordinarias? ¿El director del hospital no le cree por ser mujer? ¿O simplemente está haciendo su trabajo correctamente?

Estos interrogantes se mantienen vigentes hasta prácticamente la última escena del film. A su vez, la narración oscila entre unas y otras respuestas. En algunas escenas hay algo que parece más probable que lo otro y viceversa. El riesgo de este tipo de relatos es que ninguna resolución resulte satisfactoria. El otro problema de Los renglones torcidos de Dios es una duración excesiva de 2 horas y 35 minutos. Más allá de estos (no tan) pequeños inconvenientes el film es atractivo.

Esta en Netflix. Contacto: [email protected]
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow