Ya sé que hay que tener cierto cuidado a la hora de enjuiciar una película (o cualquier obra de arte) antigua. Porque no se puede ver ésta aplicando los cánones actuales, ya que sería injusto: el cine sigue una evolución y no se puede comparar un film mudo, drama romántico, japonés y de 70 minutos de duración con HARRY POTTER, por poner un ejemplo; de igual modo que sería absurdo comparar la escultura de Fidias con la de Rodin. Así mismo, entiendo que la cinta del tal Fisher tuviera un enorme éxito en su época y que el mismo diera lugar a un gran número de secuelas cuyo impacto ha transcendido hasta nuestros días.
Pero parémonos sólo un momentito y veamos la película de principio a fin, que tampoco es tan larga. ¡¿QUé DIABLOS PUEDE TENER ESTO QUE LE GUSTE A ALGUIEN?! Es lenta, inconsistente, aburrida (sobre todo eso, ABURRIDíSIMA) y sin el menor respeto a la obra de Bram Stoker.
Drácula sale cuatro momentos puntuales, y el resto es un suceder de silencios y diálogos vacíos que, al menos creo yo, es imposible consigan captar la atención del espectador actual.
En resumen, yo la borraría ahora mismo de la lista oficial de 'Clásicos del cine' sin temor a que se fuera a perder nada valioso. Haced caso de alguien que, además de haber leído el libro cómo no, se ha visto todas y cada una de las versiones cinematográficas de Drácula, y que opina que las dos que protagoniza Christopher Lee (hay una española) son las peores con diferencia.