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Voto de JACHi:
1
7,9
4.596
Drama
Albert Lory (Charles Laughton) es un profesor de escuela en una ciudad de un país indeterminado ocupado por el ejército Nazi durante la II Guerra Mundial. Enamorado de su compañera de trabajo y vecina, la también profesora Louise Martin (Maureen O’Hara), Albert se siente frustrado al ser incapaz de declararse por su carácter acobardado. Esta cobardía es también motivo de burla de sus propios alumnos. Para colmo, Louise mantiene una ... [+]
2 de junio de 2009
21 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, al igual que otras muchas de similar naturaleza, a pesar de contar con grandes actores o der ser realizadas por artistas de talento, es intrínsecamente mala. Y cuando digo mala, me refiero a malvada, a malsana, a malintencionada.
El cine y el arte en general, lo repetiré una y mil veces, no están para hacerle la propaganda a tal partido, a tal ejército o a tal régimen. En el momento que lo hace, deja de ser arte automáticamente; se convierte en publicidad, en panfleto, en como quieras llamarlo. ¿O cómo llamaríais vosotros a un supuesto filme (que me imagino que los habrá, enterrados en Dios sabe qué mazmorra o directamente destruidos) en el que un profesor alemán es obligado por los invasores americanos a impartir unos contenidos concretos en sus clases, y éste diera un discurso "maravillosamente emotivo" en el que se niega y, por tanto, asume el castigo consecuente? Por cierto, el profesor sería un nazi muy educado y pusilánime, y los americanos unos cínicos sin escrúpulos, además de feos y agresivos. Pues eso es lo que es ESTA TIERRA ES MíA (título demagógico donde los haya), sólo que al revés.
Esta película fue hecha al servicio de la guerra, por tanto un título más apropiado para ella sería Sí A LA GUERRA, por ejemplo, o mejor aún NOSOTROS SOMOS LOS BUENOS, ELLOS LOS MALOS. Y sí, de acuerdo, les salió redonda la jugada ya que Estados Unidos entró en guerra con Alemania y la venció. Pero como obra de arte que se supone que tiene que ser, le falta un ingrediente fundamental: la Verdad. Lo relatado en esta película NO es una realidad: es una denuncia, es una dramatización, es una idealización... yo qué sé. Es no Verdad. Y lo que no es verdad... pues es Falso.
El cine y el arte en general, lo repetiré una y mil veces, no están para hacerle la propaganda a tal partido, a tal ejército o a tal régimen. En el momento que lo hace, deja de ser arte automáticamente; se convierte en publicidad, en panfleto, en como quieras llamarlo. ¿O cómo llamaríais vosotros a un supuesto filme (que me imagino que los habrá, enterrados en Dios sabe qué mazmorra o directamente destruidos) en el que un profesor alemán es obligado por los invasores americanos a impartir unos contenidos concretos en sus clases, y éste diera un discurso "maravillosamente emotivo" en el que se niega y, por tanto, asume el castigo consecuente? Por cierto, el profesor sería un nazi muy educado y pusilánime, y los americanos unos cínicos sin escrúpulos, además de feos y agresivos. Pues eso es lo que es ESTA TIERRA ES MíA (título demagógico donde los haya), sólo que al revés.
Esta película fue hecha al servicio de la guerra, por tanto un título más apropiado para ella sería Sí A LA GUERRA, por ejemplo, o mejor aún NOSOTROS SOMOS LOS BUENOS, ELLOS LOS MALOS. Y sí, de acuerdo, les salió redonda la jugada ya que Estados Unidos entró en guerra con Alemania y la venció. Pero como obra de arte que se supone que tiene que ser, le falta un ingrediente fundamental: la Verdad. Lo relatado en esta película NO es una realidad: es una denuncia, es una dramatización, es una idealización... yo qué sé. Es no Verdad. Y lo que no es verdad... pues es Falso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ese supuestamente emocionante monólogo final es pura palabrería hueca y sin sentido. Igual se me ve el plumero, pero el otro discurso, el que le da el nazi a Charles Laughton en la prisión, es mil veces más convincente... ¡Por la sencilla razón de que es más verdad! Le dice que no hace falta atacar a América, que en todos los países hay miles dispuestos a aceptar el nazismo como su régimen y a defenderlo, y la pura realidad es que -al menos en ese momento histórico- así era. Así que no me vengan ahora con cuentos de honestidad, de heroísmo, de exaltación de los valores nacionales, porque no me los trago. El único mérito que le veo es haber sido estrenada antes de 1945: de haberse hecho más tarde de esa fecha, directamente ni la habría visto. Es tan fácil propagandear contra el perdedor... cuando ya ha perdido.