Cinta densa y compleja, donde un Bergman ya anciano, que vivía retirado del mundo, como el profesor protagonista del film, nos muestra un catálogo de sus obsesiones, un compendio de toda su obra. La muerte está allí, en los bosques, en la cabaña, en la música de Bach. Una familia, tres generaciones, abuelo, hijo y nieta, enredados en toda suerte de odios, celos, cuentas pendientes e incluso incesto.
Un profesor jubilado vive retirado en una cabaña, en medio de un bello bosque. Su hijo, con el que mantiene una relación de amor odio, vive con su hija, Karin, en otra cabaña propiedad del anciano.El padre obliga a su hija a estudiar con él obsesivamente el violonchelo. Ella no quiere abandonarlo, pese a que no parece muy satisfecha de sus relaciones incestuosas y parece querer la independencia de su padre y su no menos absorbente abuelo. Está muy cerca la muerte de su madre, que actuaba como resorte de sus vidas: la mujer, su poder en la familia, es un tema muy recurrente en Bergman. La ex mujer del anciano aparece de visita. Se van a entrecruzar unas relaciones que queman, como lo hace la familia, ese bálsamo en el que todos queremos refugiarnos en los momentos malos. Al son de la música de Bach, va transcurriendo este poema, donde la muerte está por todos lados. El maestro es un anciano, ya está previendo su propia desaparición, y echa mano de los temas clave de toda su filmografía. Espectacular, denso y pesimista melodrama, Bergman se despide del cine con una verdadera joya.