Después de ver la diversidad de opiniones que ha desatado la última cinta de Allen, tenía una gran duda sobre la calidad de este film. Tras verla solo puedo decir que estamos ante una gran película. Es cierto que Vicky Cristina Barcelona dista de ser una obra maestra y quizás no esté a la altura del mejor Woody Allen, pero a mí, esta historia de parejas abocadas al fracaso me ha cautivado. Y es que el sello de Allen se hace patente en unos diálogos llenos de acidez, mucho más profundos de lo que aparentan, tratados con un tono de comedia ligera, que logra mantener el desigual ritmo de la película.
Los personajes se mueven con diferente soltura en esta obra donde Barcelona se cuela como protagonista: por imposiciones de productora o por lo que fuese, no cabe dudas que la ciudad se luce como nunca (ayudados por una magnifica iluminación y la excelente fotografía de Aguirresarobe) y aunque a veces parezca un video turístico, se agradece esa imagen moderna de España donde se cuelan todos los tópicos (como ejemplo; esa partitura de guitarra española que acompaña casi toda la película) y alguna que otra imagen surrealista.
Pero centrándonos en los personajes de carne y hueso, nos encontramos con una sorpresa: Rebecca Hall, auténtica protagonista de la película, que se mueve como pez en el agua con el personaje más inseguro de la función. Una decepción: Scarlett, que da vida a la típica extranjera guapita sin mucho que decir (muy lejos se quedan sus anteriores colaboraciones con Allen). Un nuevo registro: el de Bardem que carga con el peso de la película saliendo bastante airoso. Y por último, un papelón: Penélope Cruz, su María Elena se convierte en la mayor atracción de la película. Cuando aparece ella, la película a punto de caerse, se levanta con fuerza, dando un giro inesperado. Su difícil carácter y esa fuerza que desprende este personaje, lo hacen brillar por encima del resto del reparto: muy divertidas las discusiones con Juan Antonio (la química entre ellos es explosiva). Su segunda nominación a los Oscar está al caer.
En definitiva una ligera reflexión sobre el mundo el mundo de pareja mucho menos ligera de lo que parece.