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España España · Barcelona
Voto de Lluís:
9
Comedia Años 50. Villar del Río es un pequeño y tranquilo pueblo en el que nunca pasa nada. Sin embargo, el mismo día en que llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, el alcalde (Pepe Isbert) recibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa). La novedad provoca un gran revuelo entre la gente, que se dispone a ofrecer a los americanos un ... [+]
9 de marzo de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luis García Berlanga en sin duda uno de los pesos pesados de la historia del cine español. Títulos en su filmografía como El verdugo, película reconocida internacionalmente, así lo evidencian. No se queda atrás tampoco la película que aquí vamos a comentar, el segundo largometraje que llevó a cabo el valenciano. Con su mención especial en Cannes, evitó su retirada de las carteleras tras tres días de proyecciones y se convirtió en la segunda película más taquillera del director por detrás de La vaquilla (1985).

En un periodo de posguerra en una España que debido a su gobierno fascista se veía privada de las ayudas económicas estadounidenses del Plan Marshall, encontramos esta evidente crítica que por extraños motivos se le escapó a la censura del momento. Con un montaje de lo más dinámico y una fotografía en blanco y negro muy pulcra, se nos presenta a modo de retrato costumbrista los diferentes personajes, el alcalde, la profesora, el hidalgo o el representante de la joven promesa de la canción andaluza que se encuentran en Villar del Río (Guadalix de la Sierra), un pueblo de lo más rural de la España profunda.


Salta la noticia de que los estadounidenses van a visitar el pueblo para llevar a cabo sus medidas del Plan Marshall, lo cual revoluciona a un pueblo en el que sus más ilustres habitantes se reunirán para decidir que medidas tomar. Es aquí cuando podemos encontrar una diversidad de diálogos mordaces e inteligentísimamente divertidos, tanto por lo sagaz de estos como por el absurdo que resulta colocar un vocabulario tan excelso en boca de tan caricaturizados personajes. Se nota pues la mano en el guión de Miguel Mihura, cuya pluma 20 años antes ya nos regaló una de sus dramaturgias más inolvidables, Tres Sombreros de Copa, toda una obra culmen española del teatro del absurdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lluís
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