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Voto de bob_elgato:
9
Animación. Fantástico. Drama Basada en un cuento popular japonés anónimo del siglo IX, "El cortador de bambú". La historia comienza cuando una pareja de ancianos campesinos encuentra a una niña diminuta dentro de una planta de bambú, y deciden adoptarla como si fuera su hija. Pasan los años, y rápidamente se convierte en una hermosa mujer pretendida por muchos hombres poderosos. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película absolutamente preciosa. Con un estilo de dibujo sencillo pero bellísimo, inspirado en las clásicas pinturas japonesas (como la historia se inspira en un clásico relato japonés). En verdad es una historia preciosa, con una inconfundible vocación clásica que recurre a tópicos mil y una veces vistos (“beatus ille”, “locus amoenus”, y por no seguir poniéndome en evidencia con latinajos, la “jaula dorada”; me recuerda en algunos parajes irremisiblemente a la Sonatina de Rubén Darío que tan clavada tengo en la memoria, gracias a la educación secundaria). Pero son tópicos rodeados de una mística especial, no sé si será el aura japonesa (y el general desconocimiento occidental de lo japonés) lo que le da su gran originalidad y fascinación o algo incluso más profundo e importante relacionado con el “savoir-faire” de sus autores, el caso es que a mí se me antoja una obra atemporal y pletórica de estilo. Destila sensibilidad artística y humana desde el primer minuto, y a mí personalmente me retrotrae a la sensibilidad de cineastas como Mizoguchi. Y qué decir de la banda sonora, tanto lo compuesto por el habitual del cine de animación japonés, sobre todo del Studio Gibli y el maestro Miyazaki, Joe Hisaishi (el sonido del koto me fascina) como la hermosa canción que vertebra en gran parte la película, con un emocionante cambio de tono al cambiar a la estrofa que canta la protagonista. Precisamente la canción muestra una dualidad que es reflejo de la propia princesa, que puede presentarse indistintamente radiante como una clara mañana invernal o melancólica como los nubarrones de una tormenta. Más allá de los sobresalientes asuntos estéticos, muy bien conseguida la descripción psicológica de la princesa, en cualquier caso.

Toda una lección de minuciosidad y cultura japonesa, que por cierto, nunca me cansaré de decirlo, las culturas orientales están ridículamente ninguneadas en la educación occidental y es una verdadera lástima.
bob_elgato
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