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Voto de bob_elgato:
10
7,4
5.350
Drama. Intriga. Romance
En un barroco hotel, un extraño, X, intenta persuadir a una mujer casada, A, de que abandone a su marido, M, y se fugue con él. Se basa en una promesa que ella le hizo cuando se conocieron el año anterior, en Marienbad, pero la mujer parece no recordar aquel encuentro. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra. Precedente invaluable de la anti-narrativa de corte surrealista que trabajaría David Lynch.
De valores estéticos inigualables, una sucesión irremediablemente hipnótica de imágenes de belleza sobrecogedora, ligadas a un discurso altamente sugestivo que la declamación en idioma francés convierte, al menos para mí (y probablemente para todo espectador no francófono), en algo misterioso, insondable. Contribuye a esta sensación asimismo la perturbadora música dominada por un órgano atonal, motivando una dicotomía de malestar o perturbación (auditiva) frente a impresionante belleza (visual) en un trance que lleva a la cuestión de cualquiera de las realidades humanas que uno quiera o sienta diseccionar experimentando el lirismo de la película (el amor, la memoria, el paso del tiempo, la muerte, la idea versus la realidad, la naturaleza indefensa del hombre en contraposición a su capacidad de acción sobre el mundo, etcétera). Así, más que una película, es una experiencia artística completa, incuestionablemente perfecta.
Surrealismo, dadaísmo, una calculada pretensión intelectual: vanguardia y pura modernidad sin dejar de lado la perfección formal, algo de lo que los así llamados “artistas” contemporáneos deberían aprender.
De valores estéticos inigualables, una sucesión irremediablemente hipnótica de imágenes de belleza sobrecogedora, ligadas a un discurso altamente sugestivo que la declamación en idioma francés convierte, al menos para mí (y probablemente para todo espectador no francófono), en algo misterioso, insondable. Contribuye a esta sensación asimismo la perturbadora música dominada por un órgano atonal, motivando una dicotomía de malestar o perturbación (auditiva) frente a impresionante belleza (visual) en un trance que lleva a la cuestión de cualquiera de las realidades humanas que uno quiera o sienta diseccionar experimentando el lirismo de la película (el amor, la memoria, el paso del tiempo, la muerte, la idea versus la realidad, la naturaleza indefensa del hombre en contraposición a su capacidad de acción sobre el mundo, etcétera). Así, más que una película, es una experiencia artística completa, incuestionablemente perfecta.
Surrealismo, dadaísmo, una calculada pretensión intelectual: vanguardia y pura modernidad sin dejar de lado la perfección formal, algo de lo que los así llamados “artistas” contemporáneos deberían aprender.