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Voto de astinus:
8
8,5
14.083
Drama
Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de terminar Harakiri, de Masaki Kobayashi. Creo que a fecha de hoy sólo me quedaba esa y "Sunset Boulevard" entre las quince primeras en filmaffinity en mi itinerario hacia el gafapastismo.
Como era de esperar es una obra maestra y como era de esperar es lentita (la he empezado a ver por la tarde, agotado de toda la semana, y me he quedado un rato frito, lo reconozco).
La película orbita en torno al concepto de honor pero bien podría hablar sobre cualquier otro atributo que una determinada clase social se irrogue sobre otra.
Se sitúa en el año 1630, y su protagonista principal es Hanshiro Tsugumo, un samurái caído en desgracia porque la desaparición de su clan le ha dejado sin sustento, según cuenta en el filme, y porque el Shogunato Tokuwaga estaba por aquel entonces maltratando a los azorados samuráis, si echamos un vistazo a la historia. Tsugumo malvive con su hija, su marido y su único nieto, lo cual es algo que sólo sabremos cuando haya avanzado la película.
Al comienzo Tsugumo, parece que avergonzado por la mendicidad, solicita al jefe de un importante clan practicarse el Harakiri en su casa, y ello porque al parecer el lugar donde lo realizabas debía de tener, también, la suficiente honorabilidad.
A partir de ahí comienza un diálogo entre el jefe del clan, que trata de disuadirle primero y luego va montando toda la parafernalia ritual de tan egregio procedimiento, y el propio Tsugumo, que le cuenta la historia de su vida a través de flashbacks cuyo final es qué le ha traído hasta ahí.
Desmitifica totalmente el concepto de honor, que tiene mucho más de impostura que de principios, y que resulta muy sencillo auto atribuírselo en según que situaciones privilegiadas.
Me ha gustado porque hace una reflexión sobre este concepto profunda y sin descentrarse en posibles subtramas. Tanto es así que diría, si hiciésemos una analogía con la escritura, que tiene más de ensayo que de novela.
También tiene peleas y sangre, y una escenita al poco de comenzar que, a pesar del blanco y negro y la regulera calidad de la imagen, me ha revuelto las tripas.
Me ha gustado menos que al final verbaliza por boca de su protagonista casi todos los grandes mensajes de la película, y creo que estaba de más porque ya se habían deducido y sus matices podrían ser más libremente interpretables.
También me hubiese gustado que presentase a algún personaje que sí que fuese realmente honorable, ya que como explico más abajo en realidad Tsugumo tampoco se si lo era. No es fácil encontrarlos pero sí existen.
Asimismo me he preguntando varias veces cómo recibió la sociedad japonesa la película, estando allí conceptos como el honor, el respeto, las tradiciones tan arraigados. Máxime cuando los pilló no mucho tiempo después de una guerra que debió dejar su orgullo tocado. No sé si resultó una película mayoritariamente incómoda.
En cualquier caso para mi es una película que tan bien podía haber desmitificado a los samuráis como a cualquier otro grupo social.
En el spoiler de esta peli de hace sesenta años explico el porqué.
Como era de esperar es una obra maestra y como era de esperar es lentita (la he empezado a ver por la tarde, agotado de toda la semana, y me he quedado un rato frito, lo reconozco).
La película orbita en torno al concepto de honor pero bien podría hablar sobre cualquier otro atributo que una determinada clase social se irrogue sobre otra.
Se sitúa en el año 1630, y su protagonista principal es Hanshiro Tsugumo, un samurái caído en desgracia porque la desaparición de su clan le ha dejado sin sustento, según cuenta en el filme, y porque el Shogunato Tokuwaga estaba por aquel entonces maltratando a los azorados samuráis, si echamos un vistazo a la historia. Tsugumo malvive con su hija, su marido y su único nieto, lo cual es algo que sólo sabremos cuando haya avanzado la película.
Al comienzo Tsugumo, parece que avergonzado por la mendicidad, solicita al jefe de un importante clan practicarse el Harakiri en su casa, y ello porque al parecer el lugar donde lo realizabas debía de tener, también, la suficiente honorabilidad.
A partir de ahí comienza un diálogo entre el jefe del clan, que trata de disuadirle primero y luego va montando toda la parafernalia ritual de tan egregio procedimiento, y el propio Tsugumo, que le cuenta la historia de su vida a través de flashbacks cuyo final es qué le ha traído hasta ahí.
Desmitifica totalmente el concepto de honor, que tiene mucho más de impostura que de principios, y que resulta muy sencillo auto atribuírselo en según que situaciones privilegiadas.
Me ha gustado porque hace una reflexión sobre este concepto profunda y sin descentrarse en posibles subtramas. Tanto es así que diría, si hiciésemos una analogía con la escritura, que tiene más de ensayo que de novela.
También tiene peleas y sangre, y una escenita al poco de comenzar que, a pesar del blanco y negro y la regulera calidad de la imagen, me ha revuelto las tripas.
Me ha gustado menos que al final verbaliza por boca de su protagonista casi todos los grandes mensajes de la película, y creo que estaba de más porque ya se habían deducido y sus matices podrían ser más libremente interpretables.
También me hubiese gustado que presentase a algún personaje que sí que fuese realmente honorable, ya que como explico más abajo en realidad Tsugumo tampoco se si lo era. No es fácil encontrarlos pero sí existen.
Asimismo me he preguntando varias veces cómo recibió la sociedad japonesa la película, estando allí conceptos como el honor, el respeto, las tradiciones tan arraigados. Máxime cuando los pilló no mucho tiempo después de una guerra que debió dejar su orgullo tocado. No sé si resultó una película mayoritariamente incómoda.
En cualquier caso para mi es una película que tan bien podía haber desmitificado a los samuráis como a cualquier otro grupo social.
En el spoiler de esta peli de hace sesenta años explico el porqué.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Spoiler:
-El trato que le dan los secuaces del clan a Motome Chihiwa, yerno de Tsugumo y quien quería utilizar su amenaza de harakiri previo como medida de presión para que le diesen una limosna, es fruto de una superioridad moral de quien es incapaz de ponerse en la situación del otro. Pero es que además de obligarle a realizarlo muestran un profundo desprecio por el propio rito, cuando no se les aplica a ellos, claro.
-La honra al proceso igualmente se la saltan cuando obligan a Tsugumo a aceptar que le decapite alguien que no ha elegido él, como al parecer marca la tradición.
-Cuando Tsugumo humilla a los culpables cortándoles su coleta, a estos poco les importa el honor sino mas bien su imagen.
-Al final el jefe del clan utiliza el concepto de Harakiri para lo que le interesa cuando cuenta su torticera historia. A veces es honorable haberse hecho el Harakiri pero otras no. Sus subalternos que se lo han hecho realmente por la humillación de haber perdido su honor, en realidad mueren enfermos, Tsugumo se ha hecho el Harakiri, pero no después de haber diezmado a sus soldados y tras ponerle en evidencia, y Chihiwa se lo hizo no de forma chapuzera y humillante motivada por la mezquindad de los suyos, sino de libro.
Por último, evidentemente el único personaje con una pizca de honorabilidad es Tsugumo, pero no sé si Kobayashi se atreve a aventurarse en el hecho de que incluso él mismo se hace el Harakiri cuando está ya gravemente herido y porque realmente no tiene nada que perder. No he llegado a percibir ese matiz, pero hubiese estado bien que se lo hiciese sin haber sido previamente herido, para darles todavía más en los morros y que el honor no dependiese de como a uno le vaya.
-El trato que le dan los secuaces del clan a Motome Chihiwa, yerno de Tsugumo y quien quería utilizar su amenaza de harakiri previo como medida de presión para que le diesen una limosna, es fruto de una superioridad moral de quien es incapaz de ponerse en la situación del otro. Pero es que además de obligarle a realizarlo muestran un profundo desprecio por el propio rito, cuando no se les aplica a ellos, claro.
-La honra al proceso igualmente se la saltan cuando obligan a Tsugumo a aceptar que le decapite alguien que no ha elegido él, como al parecer marca la tradición.
-Cuando Tsugumo humilla a los culpables cortándoles su coleta, a estos poco les importa el honor sino mas bien su imagen.
-Al final el jefe del clan utiliza el concepto de Harakiri para lo que le interesa cuando cuenta su torticera historia. A veces es honorable haberse hecho el Harakiri pero otras no. Sus subalternos que se lo han hecho realmente por la humillación de haber perdido su honor, en realidad mueren enfermos, Tsugumo se ha hecho el Harakiri, pero no después de haber diezmado a sus soldados y tras ponerle en evidencia, y Chihiwa se lo hizo no de forma chapuzera y humillante motivada por la mezquindad de los suyos, sino de libro.
Por último, evidentemente el único personaje con una pizca de honorabilidad es Tsugumo, pero no sé si Kobayashi se atreve a aventurarse en el hecho de que incluso él mismo se hace el Harakiri cuando está ya gravemente herido y porque realmente no tiene nada que perder. No he llegado a percibir ese matiz, pero hubiese estado bien que se lo hiciese sin haber sido previamente herido, para darles todavía más en los morros y que el honor no dependiese de como a uno le vaya.