Una de las tantas películas insoportables que llevan el sello Barbra. Lo he comentado en otras oportunidades que el ego inmenso de la diva me tiene hasta acá. Aquí tenemos el caso que con todo su poder interpretativo debe demostrar que no esta loca como algunos quieren hacerle creer a la justicia. Ella luce impecable de pies a cabeza, el cabello de salón de peluquería, manos cuidadísimas, maquillaje perfecto y más linda que Farra Fawcett en Los angeles de Charlie. Y ahí va el asunto con Dreyfuss como su abogado que cree en ella y cuál héroe de historieta librará las más pusilánimes batallas para demostrar la inocencia de su clienta. Mucho argumento tirado a la basura porque seamos sinceros, quien crea que la Sra Streisand pudo ser prostituta alguna vez en su dilatada vida, que le vean el rostro de frente y de perfil y ahí se despejará cualquier duda. ¿Alguien en sus cabales pagaría una moneda para meterse en su alcoba?.