Disney ataca con 'Frozen' de nuevo los cuentos de princesas aliñados con un musical que en el primer tramo de la película resulta delicioso. En este caso, dos hermanas, Elsa y Anna, son las protagonistas de la historia: la primera, reina y portadora de unos poderes incontrolados que le hacen congelar todo lo que toca y la segunda, princesa inocente y divertida que busca el amor como olvido de la reclusión que ha sufrido. Devolver el buen tiempo al reino es la misión que tendrá Anna, acompañada de Kristoff, un vendedor de hielo y su reno, Sven. Por el camino se les unirá Olaf, un muñeco de nieve que en el pasado tuvo mucho que ver con ellas.

En cuanto a la parte técnica, esta adaptación del cuento de Hans Christian Andersen 'La reina de las nieves' es magistral. La presentación de las dos hermanas es absolutamente perfecta, aderezada por una música que en el doblaje al castellano no pierde mucho con respecto al original. Lo que sí cojea un poco es el guion porque hay algunos tramos inconexos y que se resuelven de manera inexplicable, pero por lo general, estamos ante una de las mejores películas Disney de los últimos tiempos.

Se le echa de menos a un malvado con carisma que equilibre la lucha, y antes el que nos ofrecen sólo se me ocurre un adjetivo: previsible. Los personajes secundarios, por otra parte, tampoco poseen la personalidad suficiente como para entablar con ellos una empatía necesaria, como puede ser el caso de Sven (para nada gracioso) o de Olaf, surgido de la nada e introducido con calzador.

En este caso, el amor verdadero rompe con los esquemas de la factoría de Mickey Mouse, humanizando la fraternidad y dándole una mayor importancia en el desenlace de la película. Por ello, considero a 'Frozen' como una película buena, que se aleja bastante de unos tópicos que han arrastrado las películas Disney desde la noche de los tiempos. Y, repito, la música es notable. Ahora solo cabe esperar la réplica que tendrá preparada Pixar para este año 2014.