En los tiempos después de la peste, más bien. Y es que "Flukt" se sitúa una década después de que la muerte negra asolara Noruega. Los campos son sitios anidados por bandidos y asesinos, lugares peligrosos. Y en estas que surge una jefa bandida que tiene unos problemas psicológicos terribles y una mirada que te deja de piedra. Hay que mencionar la buena actuación de Ingrid Bolso Berdal por encima de la fotografía y la ambientación. Lo demás está ya mascado: una persecución, unas resoluciones de la acción que recuerdan a "Rambo: Acorralado" y una ida de olla digna de la mejor de las sonrisas. Porque los errores y las incoherencias en este caso saben simpáticos.

Para ver sin más, y agradecer su corta duración. Por lo demás, intrascendente y olvidable.