Buena película en donde todo se soluciona con la brevedad: no necesita durar más de dos horas (casi no llega a la hora y media) ni necesita un reparto poblado de secundarios insulsos que nada tienen que ver con lo que se cuece. A mí, incluso, me ha llegado a recordar el cine de Hitthcock.

A una isla llega una pareja con el objetivo de arreglar sus problemas matrimoniales. De pronto, aparece un militar herido al que llevan hasta la casa y que les trae la noticia de que en el resto del mundo hay una enfermedad muy contagiosa que está acabando con todos. Así, entre dudas y miedo, se aíslan en el interior de la casa hasta tener más noticias de lo que está pasando. Pero quizá nada es como les está contando el militar. ¿O sí?

El ritmo está perfectamente marcado y los roles de los personajes están muy bien interpretados. Cillian Murphy hace un notable papel de marido cobarde e impotente ante todos los problemas que le acechan. Thandie Newton, tal vez la más floja del trío interpretativo, cumple como mujer dolida y que vuelca toda su depresión en su marido. Jamie Bell, en su papel de militar trastornado, es el mejor sin lugar a dudas.

Si quieren una película ligera y cargada de suspense, con un final para nada típico ni tópico, ésta es la película.