Por un pasillo a oscuras, alumbrados por una débil luz, dos hombres exploran el submundo que habita bajo la prisión. Dos hombres buscando una salida, una evasión.

Cinco presos conviven en una celda y son como una gran familia, cada uno con sus papeles asignados. Preparan la fuga a través de un agujero en el suelo que les conduzca hacia el alcantarillado. Cada golpe de hierro en el cemento es un detalle, es un paso más cerca de la salida. La minuciosidad es la nota predominante en esta película de Jacques Becker: el guardia examinando los paquetes y abriendo la comida por si acaso lleve algo escondido dentro, el martilleo en el suelo en donde nosotros incluso podemos sentir hasta el cansancio de los presos... Tal vez nosotros experimentemos eso, el ir ayudando a hacer el hoyo y también a escapar de esas prisión. Hasta el final, ese final apoteósico e inesperado, ese final que hace que "La evasión" sea una obra cumbre.