"Animal" es un hijo de la calle. "Animal" es violento y no tiene escrúpulos. En la cárcel cambiará su modo de mirar la vida y apreciar aquellas cosas que, al fin y al cabo, son las que verdaderamente importan.

Partiendo de esta base, bastante manida por cierto, nos planteamos si la película nos dará eso que realmente promete. Pero no es así. Ving Rhames no encaja en el papel principal aunque sea un buen actor (ahí está su currículum) y mucho menos si su hijo en la película (Terrence Howard) es sólamente diez años menor que él en la realidad. Pero es que también cojea el tiempo que pasa en la cárcel, esa conversión rápida y esas lágrimas poco creíbles en la soledad de una celda. Por allí pasea Chazz Palminteri, otro actor con caché que se sumó al reparto de esta mediocre película, que protagoniza a un mafioso de cárcel que domina su territorio a base de un terror que queda menoscabado en diferentes escenas.

"Animal" pudo ser algo mejor si se la hubieran tomado algo en serio porque tenía los ingredientes necesarios (buenos actores y una idea aceptable) para hacerlo. Pero creo que el problema radica en que nadie se creyó su papel.