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España España · La Laguna (Tenerife)
Voto de Yo mismo (o no):
2
Thriller. Drama Adam Cassidy (Liam Hemsworth), un joven de 26 años, odia su trabajo en la compañía tecnológica Wyatt Corporation. Cuando manipula el sistema para ayudar a un amigo, es acusado de un delito federal. Su jefe Nicholas Wyatt (Gary Oldman), le propone un trato para evitar la cárcel: infiltrarse en la compañía de Jock Goddard (Harrison Ford), antiguo mentor de Wyatt, y actuar como espía industrial. Adam acepta y logra ascender rápidamente, ... [+]
16 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Difícil saber por dónde empezar, pero por algún lado tendré que hacerlo. Empezaré por el título: "Paranoia" y en castellano "El poder del dinero". La paranoia se queda en un espionaje baratito de tres al cuarto en donde una compañía de telefonía móvil espía a la competencia por medio de un jovencito estúpido que se ha gastado un dinero de la primera en una noche de farra. El poder del dinero es la imbecilidad supina elevada al cubo que comete el jovencito en cuestión: a pesar de deber dinero por sus estudios y necesitarlo para ayudar a combatir la enfermedad de su padre, se lo gasta en la noche de farra anteriormente mencionada.

Liam Hemsworth, hermano pequeño de Thor, es el protagonista, un supuesto joven brillante en el campo de las telecomunicaciones (digo "supuesto" porque en la película no demuestra nada de esas habilidades, más allá de su cara bonita y su dificultad para entablar conversaciones de más de cuatro frases) que acuciado por problemas económicos se ve envuelto en una trama de espionaje industrial en donde entran en acción los dos pesos pesados del cartel: Gary Oldman y Harrison Ford. Dos pesos pesados que no creen en los papeles que están interpretando (quizá Oldman sea el mejor de todos), que parecen aburrirse a medida que transcurre la historia. Y, cómo no, la tipa buenorra (que para mi gusto no lo es tanto), interpretada por una Amber Heard que aquí es algo así como el eje de la compañía. Está de más decir que no da el pego.

Y luego, la historia. Saturada de incoherencias, va y viene intentando crear fallidamente una tensión y una intriga que en ningún momento aparecen. Porque la película llega a aburrir y creo que hasta ellos mismos se dan cuenta cuando recurren a secundarios al final que, en un principio, parecían ajenos a la historia central. De acción, alguna carrerita y un puñetazo, poco más. Eso sí, coches y la mirada vehemente y prepotente de un Liam Hemsworth que parece estar encantado de haberse conocido. Es más, la tecnología presente no pasa de teléfonos móviles y cámaras de vigilancia. ¡Qué paranoia!
Yo mismo (o no)
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