Empiezo avisando que mi crítica empieza siendo un poco dura, pero léanla hasta el final para que vean que no todo es negativo en ella, por favor.

Hay ocasiones en los que la distribuidora y/o la productora confian tan poco en su producto que tratan de venderlo como lo que no es, y este es el caso de “Un puente hacia terabithtia”. Se vende como un subproducto de la saga de “Las crónicas de Narnia” y reiteran una y otra vez que es de los mismos creadores. Por eso mismo uno va al cine a verla, aunque he de reconocer que no muy decidido, y se queda decepcionado por el resultado.

“Un puente hacia Terabithia” decepciona enormemente, primero porque no es el sucedáneo que nos prometen de Narnia; segundo porque no es más que un telefilm de los que pasan los sábados y los domingos por la tarde para facilitar la siesta, y este es su mayor defecto.

Es una película hundida por su puesta en escena de telefilm. Las interpretaciones de los actores principales no están mal (a destacar AnnaSophia Robb ese cruce extraño entre la Portman y la Ryder de “Lucas” ) y el guión, pese a andar por caminos comunes ya transitados por otras mil películas aguanta y es lo suficientemente inteligente para que los adultos no deseen dormirse o salir huyendo. Pero merecía algo más, una mayor capacidad lírica para que el mundo real y el ficticio creado por los protagonistas para huir de aquello que no pueden (o podrán) afrontar fuera más grande y chocante.

Aún así recomendable para aquellas personas a las que nos gustan las historias de transito entre la infancia (aquí más bien adolescencia) y la madurez