Tras un drama durísimo se reflejan lazos familiaries universales. Las familias reflejan las diferencias de sentimiento entre una madre y un padre. Puede haber en el mundo muchas formas de afrontar la paternidad pero si se trata de resumirlas no se me ocurre mejor forma que la que esta pelicula presenta: Las madres que se entienden por el hecho de ser madres, las del amor incondicional, la que acoge a los hijos tal como son. Y dos padres muy extendidos también: el rico exigente cuyo único objetivo es el éxito profesional y el hombre cercano, familiar, casi cutre si se le observa desde fuera pero en el fondo mucho mejor padre. Y qué decir de la abuela que juega a la Wii, compendio de todas las abuelas que cuidan a sus nietos. Parece una película muy japonesa pero no lo es. Estos personajes podían haber sido ambientados en Japón, Italia o Nueva Zelanda. Sólo he visto la cultura japonesa en el respeto de los niños a sus padres y algún aspecto colateral como la ambientación y, en cierto modo, el ritmo pausado de la película aunque el drama lo exige. La situación es un callejón sin salida y así lo muestra. La pregunta no deja de obsesionarte durante toda la proyección: Qué haría yo si me ocurriera esto? En definitiva, es la primera película que veo de Koreeda y, al no tener con qué compararlas, me ha parecido una muy buena película que puede resultar algo pesada al final.