Jonze filma con maestría. Estamos ante una película intimista, profunda y conmovedora. ¿Absurda? Sí, pero ese factor es el que eleva al filme, hace que en medio de su profunda incredibilidad nos sintamos cobijados por su calidez y sinceridad. Una cinta bien escrita y poderosamente actuada, un reparto que parece haber nacido para esta película y, por supuesto, la voz más sexy que existe es de Scarlett Johansson y está en esta película. La fotografía rebasa la perfección y el magnífico diseño de producción es deslumbrante. Posee encuadres de impecable ejecución, que traspasan el corazón con su poder cinematográfico. Nostálgica, absurda, divertida y extraordinariamente humilde. Gracias, Joaquin Phoenix, por demostrarnos una vez más que es el histrión más destacado de su generación. Gracias, Spike Jonze, por regalarnos dos horas de pureza cinematográfica.