El realizador bilbaíno Luis Marías es reconocido por sus guiones tanto para cine, ganador del Goya a mejor guion adaptado por “Mensaka” en 1999, como para televisión en series como “Ana y los siete” o “Farmacia de guardia”; sin embargo “Fuego” no supone su debut en la dirección, algo que ya quedó atrás con “X” en 2002. Marías en esta ocasión echa la mirada atrás y se adentra en la problemática terrorista que no hace muchos años asolaba nuestro país, un problema que revela en la piel de un policía destinado al País Vasco que sufre un atentado por el cual fallecerá su mujer y su hija quedará postrada para siempre en una silla de ruedas. Una enorme tragedia.

Después de un prólogo del pasado donde se plasma el atentado –rejuvenecimiento incluido– , la historia avanza doce años hasta nuestros días, revelando como Carlos (José Coronado) siendo pasto de la ira provocada por el atentado idea una maquiavélica venganza por la que tratará de devolver todo ese miedo, terror y sufrimiento a la familia del etarra causante. La premisa rebosa valentía y dureza. Seguro que esta idea se le ha pasado por la cabeza a más de una y de dos. Carlos deja a su hija Alba (una poco creíble Aida Folch) en manos de Mariusz (Jaime Adalid), un especial cuidador personal, para él desplazarse a uno de las localidades más abertxales, lugar de residencia de Ohiana (una recuperada para la causa Leyre Berrocal) y su hijo con síndrome de down Aritz (Gorka Zufiaurre).

El guion, obra del propio Marías, sin lugar a dudas no es su mejor trabajo. En ella vemos como los diálogos tratan de rebelar ira o simularla, pero sin embargo quedan en palabras vacías que no terminar de trasmitir. Tan solo la presencia de Gorka Zufiaurre –con sus limitaciones lógicas como actor– pueden emocionar en parte al espectador, lo demás no resulta creíble por varios aspectos. Si la historia queda mal compuesta desde luego no ayuda nada las no muy destacadas interpretaciones de dos de los tres actores principales. El enorme José Coronado, al que admiro y respeto muchísimo como profesional aparenta estar pensando en su siguiente papel y no imprime su carácter habitual; Aida Folch tan solo en los momentos finales parece cogerle el feelling al personaje –en su descargo diré que mal dibujado desde el guion–. Las únicas interpretaciones que destacan moderadamente entre tanta medianía son las de Leyre Berrocal, quién resulta creíble y llega a trasmitir en pantalla, así como Montse Mostaza, una actriz no valorada suficientemente pero que demuestra una enorme prestancia.

“Fuego” película presentada a concurso en sección oficial del reciente Festival Internacional de Cine de Gijón, y en el que se alzó con un sorprendente premio del público, da la vuelta al conflicto vasco mostrando a las víctimas como verdugos en una idea de por sí destacada, pero pasto de la falta de tono y tensión. El ritmo narrativo se pierde con la línea argumental entre Alba y Mariustz, historia de relleno y completamente desechable que busca la complacencia del público. La fotografía y el montaje merecen cierta mención técnicamente. La película se visiona sin mucho problema, con el mismo poco problema que nos supondrá olvidarla.

Lo mejor: Leyre Berrocal y su retorno a la primera fila.
Lo peor: Se pierde en autocomplacencia y ha quedado a mitad de camino.

Valoración:
Banda sonora: 6
Fotografía: 6
Interpretaciones: 4
Guion: 4
Dirección: 4
Satisfacción: 5
NOTA FINAL: 4,8

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