Por todos es sabido que la carrera del sobrino de Francis Ford Coppola, Nicolas Cage, no atraviesa por uno de sus mejores momentos. Víctima de una fuerte crisis económica derivada de malas decisiones, y ya desde hace varios años, se dedica a interpretar cualquier cosa que se le plantee, obviando una premisa importante: La calidad del guion. Desde esqueletos en moto, a brujos milenarios o asesinos reconvertidos a políticos. Todos ellos personajes que poco o nada tienen que ver con aquellos que interpretaba en los años 80 y 90 y principios de los 2000, y por los cuales llegó a conseguir un Oscar (recuerden esa brutal destrucción del ser humano en "Leaving Las Vegas").

Ahora nos llega "Joe", la que podría ser considerada un paso adelante en la recuperación del artista, más famoso en la actualidad por sus peinados que por sus grandes interpretaciones. Una película que como otras previamente retratan el mundo rural en el Sur de los Estados Unidos a orillas del Misisipi mostrando el lado oscuro de las novelas de Tom Sawyer que nos narraba Mark Twain –como ya hiciera Jeff Nichols en “Mud”–, una sociedad norteamericana en descomposición profunda inherente a la maldad que habita en los seres humanos y alejada de las grandes urbes y rascacielos. "Joe" trata sobre la relación que se establece entre Joe (Nicolas Cage), un ex presidiario con problemas de autocontrol, y Gary (Tye Sheridan) un joven de quince años víctima de una familia desestructurada a causa de un padre alcohólico y maltratador. En todo momento la violencia está muy patente, desde la primera escena, una violencia globalizada ya sea frente a personas, animales o plantas.

La película, dirigida por David Gordon Green quién retoma sus orígenes y abandona su registro de director de comedias irreverentes visto en "Superfumados" o "El canguro", nos quiere desgarrar el alma mediante una película que rezuma aroma indie por los cuatro constados, y que también recuerda pero sin su aire mágico a "Bestias del sur salvaje" de Ben Zeitlin. En ella contemplamos una sociedad completamente desmoralizadora en una pequeña localidad a orillas de Misisipi. Allí Joe, dueño de una empresa ilegal que envenena árboles débiles para plantar otros más fuertes, pelea diariamente contra sus demonios interiores. Una buena persona con trastornos psicológicos que le provocan un comportamiento violento. Su vida trascurre entre prostitutas y televisión hasta la llegada por sorpresa de un joven quinceañero que le solicita empleo para él y su padre. El joven, necesitado de sentirse útil, y de aportar dinero a su hogar empezará a ver en Joe a alguien más que su estricto empleador. Empieza a contemplar en él una figura paterna, en sustitución del padre biológico que lastra su existencia y que representa la encarnación del mal mundano en los infiernos.

La película es sombría, sórdida y de lenta cocción. Argumentada en unas notables interpretaciones de Cage y Tye Sheridan, quién ganó el Marcello Mastroiani Award en el Festival de Venecia del 2013 por esta interpretación (notable también en "Mud”); aunque el personaje que impacta sobre manera es el de Wade, el incendiario padre alcohólico interpretado por el sin techo Gary Poulter. Una historia triste y poco conocida pues Poulter, quien falleció al poco de rodar la película, era un debutante en el cine que vivió de las drogas, fue miembro del ejército, bailarín de breakdance y termino vagabundeando por las calles de Austin. Una historia tan dura como la propia película. Especial mención requieren ciertos diálogos en escenas padre/hijo que ponen la piel de gallina.

“Joe” es una obra que trata de buscar un halo de esperanza en la oscuridad, que tarda demasiado en arrancar y posee momentos plúmbeos. La película trata de incomodar al espectador, y a fe que lo consigue. Aunque esa consecución del objetivo junto a lo plana de la historia trasgreden la línea entre lo asumible y lo inasumible por el espectador. La tardanza en la sucesión de acontecimientos junto a un final ciertamente previsible, terminan por destrozar una película que en manos de algún director más notable habría tomado otro cariz.

“Joe” supone una obra tan incómoda y decepcionante como sin embargo bien interpretada y que supone una obra póstuma digna de la dura vida de Gary Poulter.

Lo mejor: La interpretación de Poulter, Cage y Sheridan
Lo peor: La lenta evolución hacia terrenos previsibles de la trama.

Valoración:
Banda sonora: 5
Fotografía: 6
Interpretaciones: 6
Guion: 3
Dirección: 3
Satisfacción: 4
NOTA FINAL: 4,5

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