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España España · Zaragoza
Voto de Hilodeseda:
7
Thriller. Intriga. Comedia 9:00 horas. Un grupo de personas absolutamente heterogéneo desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle. Están atrapados.
30 de marzo de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
'El bar' es la última propuesta del notable e ingenioso realizador bilbaíno afincado en Madrid, Álex de la Iglesia, un film que transcurre en las entrañas de un castizo establecimiento del Malasaña madrileño –El palentino– y en el que se concatenan un cúmulo de situaciones que recorren con habilidad varios géneros, desde el terror, al thriller pasando por la comedia negra.

Álex de la Iglesia se ha consolidado como un narrador de historias bizarras, alocadas y frenéticas; de propuestas que por idiosincrasia nacen de una fuente inagotable de ingenio y audacia, pero que sobre todo retratan de manera pasmosamente cercana y tristemente real el patetismo y cutrerío nacional. Un manantial de ideas que traslada, en ocasiones de manera más acertada que otras, a un terreno en el que se siente absolutamente cómodo y feliz: el campo del fantástico, el terror y la comedia irónica no sin excesos.

Sin embargo, todo gran artista ya sea en la disciplina que sea, presenta con el paso del tiempo voces u opiniones contrarias que denostan el trabajo del autor alegando diversas causas: desde cierto distanciamiento con el discurso, a poca afinidad con el estilo caustico y bizarro que promulga, o también hastío hacia la falsa promesa de una película completamente redonda. No seré yo el que esté de acuerdo con estas voces encontradas, pues siempre considero la fecha de estreno de un film de Álex de la Iglesia como una cita ineludible a pesar de no siempre estar de acuerdo con el resultado final del film o con ciertas decisiones tomadas alrededor de él. De hecho no siempre he comulgado con el cine de Álex de la Iglesia. No ya por su temática de partida –siempre brillante y sugerente– sino por un defecto que yo mismo bauticé como 'el mal de la última media hora'. No es algo puntual de un film sino recurrente en varias de sus historias y que evidencia que nos encontramos ante algo buscado y no casual de su procelosa mente: secuencias en las que la locura se apodera de la narración y emergen desde monstruos deformes a situaciones francamente inverosímiles que desconectan en cierta manera con el ritmo y tono previo. Algo que me resulta frustrante en algunas de sus películas (‘Las brujas de Zugarramurdi’ es un claro ejemplo de lo que digo) y sobre todo cuando conoces las capacidades de un autor que provoca ese gran torrente de ideas e imágenes sugerentes, de diálogos perspicaces que escribe junto a Jorge Guerricaechevarría y que son plasmados en cuerpo y alma por repartos amplios y notables.
En cambio Álex es garantía de calidad, de libreto bien escrito, de gran dirección de actores y gran esfuerzo de estos por satisfacer las exigencias del director, de originalidad en la propuesta y de cercanía. Mucha cercanía. Y todas estas y otras virtudes que felizmente posee el ex director de la Academia de Cine Española lo plasma con acierto en lo que para mí es su mejor película desde ‘La comunidad’ o ‘Balada triste de trompeta’.

Contaba en varias entrevistas Álex de la Iglesia que la idea brotó de una mañana en la que estando en 'El palentino' tomando un café con Jorge Guerricaechevarría irrumpió abruptamente un mendigo dando gritos e intimidando a los sorprendidos clientes del bar. Esa experiencia supuso el germen de lo que actualmente ha evolucionado hasta convertirse en ‘El bar’, estrenada el pasado viernes 24 de Marzo en los cines españoles (respaldada por la producción de A3Media) y previamente presentada en el recientemente concluido Festival de Málaga en su sección oficial –fuera de concurso–.

La película es una historia coral (no tanto como ‘Mi gran noche’) en la que se nos cuentan las peripecias de un grupo de desconocidos, muy heterogéneos, que quedan atrapados en un pequeño bar madrileño tras el sorprendente asesinato de un cliente en la puerta del establecimiento. El pánico y las dudas asaltan a los presentes cuando una segunda persona es también disparada mientras intentaba ayudar a la primera víctima. A partir de ese instante el pavor y la incomprensión por lo acontecido hacen mella dentro del grupo de clientes revelándose así con mayor contundencia las grandes diferencias existentes entre todos ellos y apareciendo prejuicios, temores y fortalezas de cada uno. Sin duda un brillante tramo del film donde la dueña del bar (Terele Pávez) y su simpático empleado (Secun de la Rosa), una atractiva niña pija que entre por error (Blanca Suárez) y un hipster (Mario Casas), una ludópata (Carmen Machi), un ex policía (Joaquín Climent) o un mendigo borracho y exaltado (Jaime Ordóñez) irán presentándose al gran público.

La película no tiene pausa, es frenética y excitante, haciendo que los 100 minutos de las misma pasen delante de nuestros ojos como un suspiro, y aunque –como hemos visto con anterioridad– tiende a decaer la película en el último tercio, es sustentada de manera notable gracias al gran trabajo actoral de todo el reparto (con especial mención a una excelente y deslumbrante Blanca Suárez, y a un superlativo Jaime Ordoñez, quién tira la puerta en mi opinión para ser considerado serio aspirante al Goya en próximo año). La utilización de la luz y sobre todo la colocación de la cámara en lugares tan opresivos y en muchas secuencias hacen que sea francamente efectiva la sensación de agobio y claustrofobia que padecen los protagonistas, consiguiendo con ello que esa emoción traspase la cuarta pared y sacuda al espectador.

(continua en spoilers pero sin ellos)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hilodeseda
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