Quigley desembarca en Australia para responder al anuncio de un ranchero inglés, que precisa de un francotirador para un trabajo muy bien remunerado. Cuando el vaquero descubre que el trabajo es en realidad un encargo enfermizo, se niega a prestarle sus servicios y da comienzo la caza.

Fotogénico homenaje a los westerns con todos los ingredientes propios del género, incluida una gran banda sonora: rifles, pistoleros a sueldo, un villano despiadado y ruin, un vaquero honesto con buena puntería, caballos al galope, paisaje desértico y balas, muchas balas.

No falta la dama en apuros pero se agradece que su trama se aleje bastante de los clichés. Esa valentía se aprecia también en el relato sobre los aborígenes australianos, cruelmente masacrados en sus propias tierras.

Rickman, Selleck y San Giacomo bordan sus papeles. Indispensable si te gustan las películas del oeste.