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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Terror. Thriller. Drama Un psicólogo, que quiere ayudar a su mujer a superar la muerte de su hijo en un accidente, decide llevarla a una cabaña perdida en medio de un bosque, donde ella había pasado el último verano con el niño. Sin embargo, la terapia no funciona, y tanto ella como la naturaleza empiezan a comportarse de un modo extraño. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2009
28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice Daniel Andreas (FilmAffinity) que el mismísimo Lars admite haber rodado “Anticristo” a medio gas, convaleciente aún de una profunda depresión. Y aunque, a decir verdad, me veo incapaz de percibir esos inequívocos indicios de incuria creativa, sí he de admitir que la última propuesta del danés se encuentra, probablemente, uno o dos peldaños por debajo de “Rompiendo las olas” o “Bailar en la oscuridad”.

“Anticristo”, sin embargo, me sigue pareciendo un film brillante. Magistral, incluso. Quizás porque solo genios como Lars son capaces de bordar grandes películas estando en baja forma. Quizás porque ‘crisis creativas’ como las de Von Trier ya las quisieran padecer unos cuantos que yo me sé.

No negaré que “Anticristo” tiene sus altibajos y que sus referencias más o menos explícitas hacia Bergman y Tarkovsky -en lugar de darle lustre- pesan como una verdadera losa. Tampoco negaré que algunos diálogos son francamente flojos y que poco aportan a la carga dramática y metafísica del film. Pero aún así, “Anticristo” guarda varios ases bajo la manga. Para empezar, la peli de Von Trier es un prodigio visual. Una obra con un prólogo y un epílogo estética y emocionalmente tan intenso y deslumbrante (atención a la música de Händel) que más de un gafapasta necesitará varias toallitas limpiadoras para desempañar sus antiparras. Pero no sólo eso. “Anticristo” es una obra que lleva implícita la impronta estilística de su autor y que no defraudará en absoluto a los que -como yo- apreciamos inconmensurablemente el espíritu trágico, despiadado y transgresor de Lars. Un cineasta que esta vez, por si fuera poco, adereza su peli con cuatro conceptos básicos del cine de terror (iluminación, atmósfera, tensión y algo de gore) que lejos de enturbiar o estorbar en el desarrollo de interpretaciones más profundas (dolor, culpa, odio, castigo...) ofrece una lectura alternativa indudablemente más asequible.

¿Algo más? Pues sí. Me olvidaba de mencionar el tremendo duelo interpretativo Dafoe-Gainsbourg. Sólo por disfrutar de él -por mucho que detestéis a Lars- merece la pena abordar este Cristo. Perdón, Anticristo.
Taylor
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