Una de la películas de moda en 2017, de las que más dio que hablar por sus notables y premiadas interpretaciones y por una historia de denuncia de violencia hacia las mujeres con un cierto punto de novedad, ya que no va dirigida contra el criminal - al menos no en su eje principal-, sino hacia cierta supuesta inacción policial con la que probablemente conectó con mucho público.

Es de esas veces en las que no sólo estoy de acuerdo con el reconocimiento a los papeles de Frances McDormand y Sam Rockwell, sino que creo que se merecieron los Oscars de ese año. Muy bien ella y sobresaliente él, en un papel mucho más complicado. Tampoco hubiera sido injusto un premio a Woody Harrelson, pero lo metieron a competir con Rockwell por el Oscar de actor de reparto, supongo que para evitar que la película tuviera actor principal y potenciar la proyección feminista de una película con, supuestamente, sólo una actriz protagonista. Bueno, esto es un negocio y las estrategias son las estrategias.

“Tres anuncios en las afueras” es una película impactante. En la pista principal hay una película de venganza, de denuncia, de protesta con una madre en busca de justicia – hablar de ‘madre coraje’ en este caso se me antoja vulgar- por todos los medios, algunos más creíbles, otros más exagerados. Pero en las pista secundarias, a izquierda y derecha, tenemos las historias del Sheriff, que nos da su propia versión de los hechos y los presenta a la luz de la realidad, sin pasiones, sin prejucios, sin posverdad - y que personalmente me conmovió y me gustó mucho más- y las del ayudante ‘peculiar’, con muchos matices, muchas aristas, también presentando la realidad de las personas como son: complejas, mundos en sí mismos, nada de blancos o negros puros.

No es la película más agradable de ver, no es siempre entretenida, pero es una buena y recomendable película.