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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Drama. Romance En 1946 una escritora de espíritu libre, Juliet Ashton, establece una amistad con los residentes de Guernsey Island tras la Segunda Guerra Mundial, y decide escribir un libro sobre sus experiencias durante la guerra. (FILMAFFINITY)
9 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de una título almodovariano que invita a desconfiar de una posible patochada que trata de esconder sus carencias tras un nombre llamativo (o quizás en parte gracias a eso) “La sociedad literaria y el pastel de patata” te ataca por sorpresa y de te deja buen cuerpo mediante una inteligente y equilibrada combinación de humor, romance y drama que, de entrada capta tu interés por la cosa histórica y te acaba involucrando en una historia tan compleja como hermosa hasta el punto de que, al final, quieres hacerte amigo de todos y cada uno de los personajes y visitar ese peñasco en el Canal de la Mancha que tiene el nombre de Isla de Guersney.

Una vez más, “La sociedad literaria y el pastel de patata” es la prueba palpable de la capacidad del cine británico para convertir cualquier película ambientada antes de 1980 en ‘cine de época’. La película transcurre temporalmente en la Inglaterra de los años cuarenta, a caballo entre la acción real justo acabada la guerra y los recuerdos de la ocupación y el conjunto, además de un soberbio trabajo de documentación y recreación, transmite la elegancia característica de cualquier serie histórica de la BBC. La ambientación incluye escenografía muy diversa, desde desfiles de tropas alemanas, hasta cenas de postín y fiestas en pubs, pasando por bombardeos, y tanto la película como su director, el todoterreno Mike Newell, salen airosos del desafío. A eso se une una hermosa fotografía que saca todo el atractivo de un entorno rural de ensueño. Más de uno se habrá sorprendido buscando alojamiento para un fin de semana en Guersney al acabar la película.

También el reparto está escogido con cuidado. El eje central es la magnética Lily James, siempre a gusto siendo el centro de atención de las miradas y soportando sin problema el peso de un elevado porcentaje de los planos, pero el resto del reparto no desmerece. Cuesta hablar de secundarios en una obra en la que todos parecen protagonistas aunque solo digan un frase. La cara más visible es Mathew Goode, pero no es difícil identificar a rostros familiares del cine británico. Y, en este caso, es posible hablar de la propia historia como personaje más, una historia que se va tejiendo a base de recuerdos y revelaciones y que se mueve a varios niveles en lo espacial y temporal, siempre con varios tramas en vuelo manejadas por la dirección con la habilidad de un malabarista que las coge y relanza cuando parecían que iban a tocar el suelo. Así, “La sociedad literaria y el pastel de patata” hace vivir al espectador la sensación de un confortable clímax permanente en el todo el rato parecen estar pasando cosas o descubriendo la pista clave sin requerir de un gran esfuerzo por su parte para recordar si ahora mismo está en el pasado o en el presente, en Londres o en la campiña.

Simplificando mucho, para el espectador medio, Hablar de Mike Newell es hablar de “Cuatro bodas y un funeral” que, si no es su mejor película, es la que más ha trascendido. “La sociedad literaria y el pastel de patata” está a la altura o por encima, aunque sin tanta repercusión mediática. Es esa joya desconocida que puedes ver las veces que haga falta y siempre te conmueve y te anima.
OsitoF
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