Tras la controvertida "Bitelchus", fue “La novia cadáver” la película con la que Burton vio una nueva oportunidad de salir de su armario y desafiar los cánones dwl cine juntando en el mismo metraje sus dos pasiones, la comedia y el terror, que, en principio, se dirían imposibles de integrar con un mínimo de calidad. Y encima usando una técnica vintage del stop motion, lo que no se puede dejar de ver como una gamberrada frente a la ultratecnología computacional de Pixar y compañía. La jugada le salió redonda. El formato de animación le permitía una ambientación y unos efectos imposibles de conseguir por aquella época mediante técnicas tradicionales y la película, a pesar de su macabra teatralidad y su humor negro, resultaba apta para todos los públicos. Burton ganó tanto crédito que se permitió aplicar los mismos conceptos, en mayor o menor medida, a muchas de sus producciones subsiguientes donde los resultados fueron algo desiguales.

Entre otras cosas, debió de pensar que era el momento de retomar un viejo proyecto, un corto llamado “Frankenweenie” donde con mucha imaginación, un presupuesto mínimo y grandes dosis de paciencia, lograba poner en circulación una parodia del mito de Frankenstein con un perro en lugar del conocido monstruo y el conocido monstruo jugando a ser Dios con disparatadas consecuencias. Al corto le sobraban calidad y buenas intenciones, pero le faltaban medios para llevar a la práctica todas las ideas que Burton tenía en la cabeza. Además, es imposible no ver en Victor, el rarito e incomprendido protagonista ansioso de dar vida, un trasunto del propio Burton por lo que hay que pensar que se trata de una obra hecha desde el corazón. Así que no es de extrañar que, en cuanto Bartón alcanzó fama y reconocimiento, tratase de remasterizar su clásico y explotar todo su potencial con las técnicas más modernas del momento.

“Frankenweenie”, la película, no está mal. Tiene un humor tan inteligente como su director y la calidad técnica de “La novia cadáver”. Sin embargo llegó en un momento donde el ‘estilo Burton’ se había ido diluyendo en películas en las que la teatralidad y la fantasía se apoderaban de la esencia de la película dejando el hasta entonces punto fuerte, la narrativa, en segundo plano. El nombre de Burton en los créditos había dejado de ser una apuesta segura para convertirse en un cara o cruz. “Frankenweenie” entretiene y hay una vez o dos en las que llega a conmover, pero las comparaciones con “La novia cadáver” son tan inevitables como odiosas y a la película le falta, como mínimo frescura. Los grafismos, aunque elegantes e ingeniosos, ya no causan sorpresa; la componente aventura es algo infantil y el humor tiene más sombras que luces.

Yo creo que hay que ver "Frankenweenie" como una película hecha por Burton para sí mismo, para atar cabos sueltos y saldar deudas con sus 'yo' pasados. Para el espectador normal, una película algo simple pero entretenida.