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Frankenweenie

6,6
27.481
Animación. Ciencia ficción. Comedia. Terror Película basada en el cortometraje homónimo que el propio Burton realizó en 1984. El experimento científico que lleva a cabo el pequeño Victor para hacer resucitar su adorado perro Sparky, lo obligará a afrontar terribles situaciones cuyas consecuencias son imprevisibles. (FILMAFFINITY)
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Críticas 136
Críticas ordenadas por utilidad
5 de octubre de 2012
106 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tierra rellenaba el hueco de una tumba cuya lápida e inscripción se estaban terminando de pulir… Tim Burton, algunos divisaban. La decepción de sus últimos trabajos parecía marcar la cita final en su lápida, pese a que incluso con la aparatosidad y artificio de sus obras más frustradas había recaudado lo suficiente para comprar todo el cementerio donde iba a ser enterrado. Todo estaba preparado. Todo… menos el cadáver… a la espera de confirmar la falta de pulso en “Frankenweenie”, su película terminal para ratificar el talento póstumo. Pero la vida parecía florecer cuando otros seguían echando arena, polvo y grava encima de su supuesto cadáver. Nadie ha filmado antes un largometraje en stop motion en blanco y negro, teniendo la posibilidad de realizarlo en color, y lanzándose al 3D. Nadie ha conseguido resarcirse gracias a la misma obra que causó su despido en el pasado y ser recibido con los brazos abiertos de su verdugo.

Burton ha rodado su personal “Ed Wood” animado, su nueva obra de culto desenterrando todo el cine fantástico clásico como si fuera el joven protagonista que hace sus propias películas, para buscar la pureza en la creación del cine. “Frankenweenie” nos trae de regreso a aquel chico de 26 años que hacía sus primeros cortos sin que el mundo alrededor entendiera sus experimentos. Entregada en una pasional y cadavérica bandeja de mortecina plata con una sentida reverencia a la figura de Vincent Price, proporcionada por Mr. Rzykruski, que nos revela el secreto del cine: en todo experimento el corazón también se considera una importante y vital variable. Mientras otros crean monstruos resucitando un pasado que murió hace tiempo, Burton al igual que Victor Frankenstien nos devuelve vida en estado puro y pura electricidad. “Frankenweenie” es la chispeante, vibrante y sentida emoción donde se utiliza New Holland y su letrero a lo Hollywood como campo de experiencias cinematográficas. Burton saca su guadaña para seccionar las partes del cine fantástico y de terror que le interesan y construir un monstruo lleno de espíritu. Las piezas encajan y se podría encumbrar una pila funeraria de referencias, amontonada sobre el talento propio del cineasta.

Burton nos demuestra su inimitable manera de sentir el cine, de convertirlo en un terreno propio y especial. Escribiendo su propia leyenda recapitulando todas las líneas del fantaterror para reunificarlas sin que una gota de sangre de su estilo se vea derramada. El director de “Sleepy Hollow” sigue permaneciendo con nosotros, haciendo sus sueños realidad… decidido a imaginar por todos nosotros. Dejemos pues que se alce y nos muestre el camino con una de las más bellas, aterradoras y mágicas películas condenadas a vagar en la inmortalidad… mientras siga existiendo electricidad, claro.
Maldito Bastardo
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11 de octubre de 2012
45 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menuda sorpresa con “Frankenweenie”. Los fans de Tim Burton que no conectaron con su mediometraje homónimo ahora tienen la oportunidad de disfrutar del que sin duda es el experimento virtual más logrado del cineasta, con un excelente stop motion que se descolora a blanco negro y, por primera vez, en tres dimensiones.

La película parte con el argumento original de afrontar la pérdida de un ser querido. La relación entre el joven Victor Frankenstein con su resucitado perro Sparky es tan solo el principio de una historia que acaba soltando chispas -literalmente- cuando un montón de criaturas colapsa la ciudad.

En el guion no faltan los chascarrillos, los personajes marginales y esa clara división entre los buenos, los malos y los peores que hace tan característico el grumoso cine del director. El 3D es tan solo un elemento superfluo y caprichoso de su visionado, ya que la misma estética en b/n hace que parezca estar ante un filme rodado en los años 20, pero con la tecnología de ahora.

La sensiblería permanece en su dosis justa, suficiente para sacarnos una traviesa sonrisa al final. A la mente acude esa mueca de alegría que se esboza de forma automática cuando Winona Ryder flota sobre el aire al final de "Beetlejuice". Pero también esa lagrimilla que se escapa tras el desenlace de "Eduardo Manostijeras".

Burton ha elegido una manera brillante de sacar las piernas del fango tras las malas críticas recibidas por "Alicia en el país de las maravillas" o por "Sombras tenebrosas", y que poco a poco clavaban su lápida. Ahora esa lápida es el eje de una película eléctrica, compuesta de energía y de dulzura a partes iguales.
MaxPower
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11 de octubre de 2012
35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cosas como son: los fans de Tim Burton, los de aquel narrador de cuentos oscuros, nos habíamos quedado huérfanos en los últimos años. Entre la década de los 80 y hasta 1994 entregó las que son indudablemente sus mejores obras, si bien a posteriori ha ido alternando entre productos de usar y tirar ("El planeta de los simios") o cosas más sólidas que dejaban entrever lo que alguna vez fue ("Sleepy Hollow"). Es sin embargo curioso constatar, y cada año es más evidente, que sus tres primeros trabajos contenían todas las obsesiones e ideas de su cine. Desde los mad-doctors y la experimentación de "Stalk of the Celery Monster" (su obra de graduación en CalArts), el poético y memorable "Vincent" y el mediometraje comisionado por Disney (y que le valió a Burton su despido de la compañía) "Frankenweenie".

Es justamente este último el que ha servido como gérmen para una de las dos películas que el realizador ha estrenado este 2012, y afortunadamente es muy superior a la desvalanzada "Dark Shadows". Voy a evitar cualquier divagación sobre el cómo ha podido darse a luz a un proyecto como el que tenemos entre manos y limitarme a constatar algo, y es que "Frankenweenie" (2012) es un trabajo personal, un capricho de su autor que no tiene ningún tipo de ambición comercial en un sentido 'masivo'; produce Disney y está en 3D, por lo que a lo máximo que aspira es a recuperar la inversión teniendo en cuenta la elección estética (stop-motion en blanco y negro) y el volver a un concepto que en su momento el estudio rechazó. Por suerte han rectificado y podemos disfrutar de la mejor película de Tim Burton desde "Ed Wood" (1994), una de las más hermosas monster-movies que se hayan hecho nunca (como ya ocurría con "Eduardo Manostijeras") y un canto de amor al cine de género. El realizador jamás ha escondido sus influencias y aquí tampoco lo hace: un profesor con el aspecto de Vincent Price (doblado por Martin Landau en v.o., que interpretaba a Bela Lugosi en "Ed Wood"), la revisión del mito de Frankenstein, guiños infinitos a producciones clásicas de género e incluso un oscuro homenaje (y esto es impagable) al subvalorado "Bambi meets Godzilla"*

Lo que es "Frankenweenie" es un trabajo hecho para perdurar, una pieza de orfebrería de una precisión -y perfección- que abruma. El stop-motion fúnebre más vivo que se haya podido ver, para contar la historia del cortometraje original aportando, además, nuevos elementos que no sólo se amoldan como un guante sino que casi parecieran pensados para aquel trabajo primigenio de 1984, que por cierto mejora con el tiempo, como el buen vino. Para los que no lo hayáis visto (aunque deberíais) todo trata sobre un perro llamado Sparky, que es atropellado por un coche. Su dueño, un niño con bastante talento para la ciencia, decide revivirlo al estilo de Frankenstein. Decir más sería destrozar la que es una de las experiencias más hermosas que da el cine, que permite pasar de la risa a la emoción en apenas un fragmento de segundo al tiempo que se disfruta de una pieza formalmente perfecta, algo arriesgada, aunque amable (no esperéis la experimentación de Svankmajer), una obra de cine familiar que está destinada a convertirse en un clásico del género, como ya lo son "Pesadilla Antes de Navidad" o la más reciente "Coraline". Ambas, por cierto, son de Henry Selick. "Frankenweenie" es de Tim Burton, mejora la experiencia de "La novia cadáver" y se coloca con fuerza en el top de trabajos de su realizador. No la dejéis pasar.

*El homenaje a "Bambi meets Godzilla" está fragmentado pero es evidente [SPOILER] una de las mascotas resucitadas, una tortuga, se transforma en una suerte de Godzilla gigante que pisa a un hamster con un plano de su pie, exclusivamente. Cuando lo levanta, puede verse que detrás hay un cine en el que proyectan "Bambi". Memorable.
Caith_Sith
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17 de octubre de 2012
35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de años que Tim Burton ha bajado su calidad, por lo menos para mi, ya no hace películas buenas, ha entrado en una decadencia total que se ve reflejada en Sombras Tenebrosas y Frankenweenie... Cuando yo veía un título suyo, iba al cine sin ver el trailer ni el argumento, cosas que hago con pocos directores... Pero está claro que voy a dejar de hacerlo, pues ya llevo dos desilusiones, dos chascos.

¿En qué falla Frankenweenie? La historia es tierna, pero con forme va avanzando la trama va perdiendo ese tinte y de forma estúpida acaba en una trama sin sentido. Hay que tener en cuenta que Frankenweenie ya fue una obra suya hace años y es un "remake", pero esta vez en stop motion.

La historia, por lo menos, si tiene mensaje, tiene fondo, y es hasta bonito, pero con eso solo no se puede hacer una buena película.

Los diálogos son, para mi, bastante malos, un guión lleno de estereotipos, frases hechas y poca originalidad. No como en otros trabajos de Burton, como Ed Wood, con un excelente guión.

El personaje principal (el chico) enternece, y al perro lo adorarás, pero el resto de personajes (como los padres, hipercomprensivos, buenos, amables...) se quedan en una tez estereotipada y completamente previsible, lo cual arruina completamente la película.

Pero aunque Tim Burton se haya quedado en nada en cuanto a ideas y haya cambiado el estilo de sus películas, sigue siendo Tim Burton, y encontramos una dirección correctísima de una idea malísima, con grandes planos, un buen ritmo, música aceptable, decorado y detallismo al máximo en un stop motion elevado a la cima y, como no, su particular entendimiento del cine en cuanto al aspecto de toda la película, con características tenebrosas, aunque esta vez sin magia.
christianmrtnz
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13 de octubre de 2012
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ains… sniff… ¡pues no me he emocionao!

Que Tim Burton siente fascinación por Vincent Price y por Frankenstein (el de la Universal, no el de Mary Shelley) ya quedó bastante claro en su “Eduardo Manostijeras”, además de en su corto “Vincent” y en ese gusto suyo por llamar a sus protas Víctor, como el de “La novia cadáver”, pero aquí les hace una declaración de amor que ya quisieran saber hacer los moñas esos de las comedias románticas a sus novias. Porque, si he visto en los últimos tiempos una película hecha con amor, sin duda es ésta. Y mi pobre corazón, tan afín al del autor, pegaba saltos de alegría, jaleando el invento.

En la galería de muñequitos encontramos todo tipo de referencias, para deleite de quién las reconozca, aunque no creo que ese bagaje sea imprescindible para poder disfrutar de este tierno cuento gótico, diseñado para niños de todas las edades, especialmente la adulta. Cuando la Disney no mete las narices, qué bonito queda todo.
Hay un muchacho, de fealdad entre cómica y siniestra, cuyo nombre natural debería de haber sido Igor, pero Burton decide llamarle Edgar, como el mismísimo Poe, cuyos cuentos nunca estuvieron tan vivos como cuando los encarnó el maestro, Vincent Price.

Frankenweenie es un sentido homenaje al cine de terror clásico, especialmente al de James Whale, pero también a muchos otros más. Y esto de los homenajes suele ser peliagudo, porque en más de una ocasión las películas parecen un corta-pega de ideas ajenas en donde el talento y la personalidad de quien las hace brilla por su ausencia, pero no es el caso.

Tras algún que otro patinazo, que presagiaba lo peor, ¡llegó la resurrección! Frankenweenie es el alma y el corazón de Tim Burton en conserva. Una delicatesen para gourmets de la serie B, servido en vajilla vintage de porcelana fina.
VALDEMAR
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