Producto Disney enormemente irregular en su desarrollo: a ratos parece hecho para niños, a ratos parece hecho por niños; por momentos parece que se han gastado una pasta en efectos y por momentos parece que no se han gastado un euro; en ocasiones parece que puede interesar a jóvenes y en ocasiones parece insultar la inteligencia de mayores de ocho años… vamos, que parece una cosa, evoluciona a otra, degenera en algo y al final sale un nosequé completamente distinto. Aunque cierto es que tampoco engaña a nadie atento al pequeño detalle de que está protagonizada por el Rey Escorpión… digo… “The Rock”… digo… Dwayne Jonson y dos niños, señal inequívoca (para cualquier ente medianamente avispado) de que no podemos esperar nada de un nivel superior a “Un canguro superduro”, dicho sea con todos los respetos, claro, porque tampoco hay que dramatizar: “Un canguro superduro” puede ser una patochada pero no ofende la salud mental de nadie, se puede dejar al alcance de los niños sin que se vuelvan imbéciles, poligoneros para parecerse a los niños de “Aida” o pregunten si se pueden montar un trío como el que han visto en “Física o Química”.

Seguramente por eso, por ser normalita, no destacar en nada y a la vez no ser polémica y por ser verdaderamente apta para todos los públicos “La montaña embrujada” pasará desapercibida. Aún así, su valoración como película no puede dejar pasar por alto su notable factura técnica, las ganas de los intérpretes, el esfuerzo por ir un paso más allá del estándar infantil… así como lo sosa que termina resultando.