Magnífica y estremecedora película de ficción basada en hechos reales. "Utoya. 22 de julio" nos evoca el espantoso ataque perpetrado contra más de 500 jóvenes, miembros del Club juvenil del partido Laborista, que pasaban sus vacaciones en un campamento de verano en la isla noruega de Utoya, muy cerca de Oslo. Disfrazado de policía, el ultraderechista Bravek ( condenado a 21 años de cárcel, la mayor pena en Noruega a pesar de que en el juicio declaró que lo volvería a hacer) estuvo disparando durante más de una hora, asesinó a 77 niños y jóvenes e hirió de gravedad a otros 99. Hoy en día más de 300 personas siguen necesitando asistencia psicológica para poder vivir con el recuerdo de aquella tremenda pesadilla. Desgraciadamente el auxilio tardó mucho en llegar.
Magistralmente dirigida por el cineasta noruego Erik Poppe, "Utoya. 22 de julio" goza de un plano- secuencia de 72 minutos, los mismos largos y escalofriantes minutos que duró la matanza, logrando que el espectador sienta la tensión en sus carnes; el sonido de los tiros y la angustia de sus personajes te dejan pegado a la butaca, sin respiración.
Aplaudo la interpretación de sus protagonistas, jóvenes actores que debutan en el cine con este largometraje.