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España España · barcelona
Voto de marai:
7
Romance. Ciencia ficción Anna sospecha cada vez más que su relación con su pareja de toda la vida, Ryan, puede no estar funcionando de verdad. En un intento por mejorar las cosas, se embarca en secreto en una nueva misión trabajando en un misterioso instituto diseñado para incitar y probar la presencia del amor romántico en parejas cada vez más desesperadas.
1 de octubre de 2023
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Fingernails’, de Christos Nikou, se pesentó a competición en la Sección Oficial, de la 71 edición de Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

El director griego Christos Nikou debuta en lengua inglesa con una fábula sobre nuestra necesidad de certeza y la invasión de la tecnologia en nuestra vida cotidiana. Para dar forma a su propuesta cuenta con una magnífica Jessie Buckley, a la que da réplica con naturalidad Riz Ahmed y Jeremy Allen White. Los tres actores con veracidad nos ayudarán a adentrarnos en esta innovadora exploraración sobre un tema universal: el amor.

La propuesta es un viaje interesante, que parte de una situación distópica, y presenta un Instituto del Amor, que logra medir de forma científica el grado de enamoramiento entre dos seres humanos. Con la inteligencia artificial, ya casi presente en nuestras vidas, y con el conocimiento del amor como una reacción neurobiológica en el cerebro causada por una combinación de hormonas, sensación de recompensa y neurotransmisores, se hace interesante contemplar una ficción sobre uno de los misterios todavía no desvelados: las claves del enamoramiento. Cómo cuantificar algo que creemos intangible. Dominados por la parte cognitiva desde Descartes, “pienso luego existo”, todavía hay un dèficit en entender nuestras emociones, por lo que se hace inquietante dejar a la ciencia tomar el mando, para aumentar la desconexión de nosotros mismos ¿Se puede cuantificar una mirada de amor? ¿Podemos medir el deseo ? Su valor es un acto de presencia, de conciencia.

Lo que sí es cierto, que podamos o no aproximarnos a medirlo, el amor duele. Vincularte con alguien es abrir una puerta a la emoción pura. Al gozo, la alegría, pero también al dolor o la decepción. Nadie nos puede asegurar cruzar o no esa puerta. Aunque pobre del que no se atreva a cruzarla, a arriesgarse a sentirse vulnerable. Estará quizás más seguro, pero habrá renunciado a una de las fuentes que más nos conecta con ser humanos y con sentirnos vivos.
marai
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