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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
4
Acción. Ciencia ficción El primatólogo Davis Okoye (Johnson), un hombre que mantiene las distancias con otras personas, tiene un sólido vínculo con George, el extraordinariamente inteligente gorila de espalda plateada al que ha estado cuidando desde que nació. Pero cuando un experimento genético sale mal, este apacible simio se convierte en una enorme y embravecida criatura. Para empeorar más las cosas, pronto se descubre que existen otros animales con la ... [+]
6 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cinéfilo, tras diez días de vacaciones durante los cuales no ha pisado una sala de cine, ni visto en una pantalla otra cosa que los descacharrantes Cachitos de hierro y cromo de Nochevieja, vuelve a casa con un mono como King Kong y se precipita a examinar las grabaciones de su plataforma digital. ¿Y qué creéis que elige el cinéfilo para su estreno en 2019? ¿Algo sesudo, algo serio, abstruso, profundo, algo estimulante para la neurona? ¡¡¡No!!! El cinéfilo elige bazofia, basura en estado puro, algo descerebrante y embrutecedor. Nada mejor que un bodrio protagonizado y producido por Dwayne Johnson, aka The Rock, un alborotador de plateas que convierte en oro toda la mierda que toca. La Roca, pues, aparece aquí en plan primatólogo (no, el simio no es él, malpensados), que interactúa con un gorila mediante el lenguaje de los signos (no cuesta mucho dilucidar cuál de los dos es más inteligente). Pero una malvada corporación dedicada a la manipulación genética ha cometido un espantoso error y, tras la destrucción de una estación espacial, los restos caídos a la Tierra afectan al pobre gorila, a un lobo y a un cucudrulu, que empiezan a crecer y crecer, y no se les ocurre otra cosa que ir a Chicago,sede de la corporación, para armarla a lo bestia (nunca mejor dicho) Después...
Pues efectos especiales y ya está, hombre, con una banda sonora bien cargada de decibelios para enloquecer al pobre espectador. El guión no existe, la planificación es innecesaria, los actores son tan malos que los personajes, ya de por sí caricaturescos, alcanzan dimensiones grotescas. Eso sí, me reí un buen rato y a carcajada limpia. No es que sea mucho para empezar al año, pero teniendo en cuenta lo que nos espera durante este 2019, mejor reír, que ya lloraremos.
P.S.: El cinéfilo ha mentido. Acunado por un hogar bien encendido y el jamón recién cortado del cuñau, revisó Desfile de Pascua, un prodigioso musical con Fred Astaire y Judy Garland, y El beso mortal, uno de los noirs más brutales jamás filmados. Un día de éstos hablaremos de estas maravillas.
Eduardo
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