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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
7
Comedia. Romance. Fantástico George y Marion Kerby mueren en un accidente de tráfico, pero regresan al mundo de los vivos como fantasmas y con la intención de vivir la lujosa vida de su amigo Cosmo Topper, presidente de un banco. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada, perdonadme un topicazo: ya no se hacen películas así. Buenos gags, competentes interpretaciones, guión bien hilvanado, personajes simpáticos, y glamour, mucho glamour. Resulta que Marion y George Kirby (Bennett y Grant), convenientemente inmersos en alcohol hasta las cejas (una pareja tan dipsómana como Nick y Nora Charles) se pegan un batacazo en su elegante coche y se van al otro barrio. Pero se quedan en tierra de nadie, y llegan a la conclusión de que han de hacer una buena obra para que el Guardián de las Puertas les deje acceder al Paraíso. Para ello, fijan su atención en Mr. Topper, un banquero aburrido y muy nervioso con ganas de juerga. A partir de ahí se suceden todo tipo de situaciones chistosas en plan screwball que hacen las delicias de los espectadores, porque entonces se rodaban películas inteligentes para gente inteligente, en lugar de las patochadas actuales, pletóricas de palabras malsonantes, alusiones escatológicas y sexo a porrillo (y conste que, como sabrán quienes me leen, estoy por la labor, sexual, quiero decir). Para entendernos, es el tipo de película de las que nuestros padres nos hablaban cuando éramos pequeños. Rodada hace casi 80 años, está tan fresca como una lechuga recién cogida del huerto. Ah, y a los fantasmas todavía les quedan ganas de retozar, pese a su triste condición. Norman Z. McLeod era eso que se llama un probo artesano: la calidad de la película dependía del libreto que cayera en sus manos. Como atestiguan sus dos trabajos para los Hermanos Marx (Plumas de caballo, Pistoleros de agua dulce), La vida secreta de Walter Metty (olvidaos de ese inmundo remake del inmundo Ben Stiller), y la que nos ocupa, entre otras. Capturada en mi camello habitual por 2 míseros euracos. Así da gusto.
Eduardo
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