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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
6
Drama En 1924, con sólo 29 años, J. Edgar Hoover fue nombrado director general del FBI para que reorganizara la institución. Obsesionado con detener a comunistas, gángsters, delincuentes y a cualquiera que fuera un peligro para la nación, Hoover ocupó el cargo hasta su muerte en 1972, sobreviviendo a siete presidentes, alguno de los cuales intentó inútilmente destituirlo. Los archivos que guardaba celosamente, llenos de secretos inconfesables ... [+]
14 de febrero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acostumbrado a que desde 1992, con Sin perdón, Clint nos apabulla con grandes obras maestras, o casi (sólo por citar algunas: Un mundo perfecto, Mystic River, Million Dollar Baby, Gran Torino, Cartas desde Iwo Jima, Los puentes de Madison), me quedo un poco despagado cuando veo que la película se le escapa de las manos. O sea, J. Edgar está dirigida con su habitual maestría, cuenta con una interpretación ajustada de Leo y el resto del reparto, la fotografía casi en blanco y negro, descarnada y áspera, es perfecta, pero... El guión, finalmente, es cobarde. No nos escatima la revelación de la homosexualidad de Hoover, algo archisabido ya, faceta tratada con respeto y pudor, pero fuera se queda el furibundo fascista que fue este individuo, dueño y señor de la inteligencia estadounidense durante medio siglo. Clint pasa de puntillas sobre este aspecto, rehuye entrar al trapo en el papel ejercido durante el maccarthysmo y, en definitiva, nos hurta una parte de su personalidad fundamental para acabar de definir al personaje, sin duda un psicópata compensado por su furioso hurgar en y destrozar vidas ajenas.
Capítulo aparte constituye el maquillaje de envejecimiento de ambos protagonistas, digno de pasar a las antologías del horror y firme candidato al Razzie al peor maquillaje del año (y tal vez de muchos).
Eduardo
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