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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
4
Comedia. Musical Un grupo de jóvenes músicos hará lo imposible para boicotear una canción que no les gusta nada, y que va a representar a España en un famoso festival de música. Una insólita cinta del singular Zulueta en la que, tras el éxito de Massiel en el Festival de Eurovisión, se parodia este tipo de concursos con una delirante historia rodada sin guión y con la actuación de varios grupos punteros de la época. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya veo que eta película despierta amores apasionados o repulsas airadas: no hay término medio. Intentaré ser equidistante. Todos los que vivimos aquella época sabemos lo difícil que era ser fan del rock y/o el pop en los años 60. Lo más parecido a un programa de música joven era Escala en hi-fi, en que unos actores hacían ver que cantaban mientras sonaba la canción. Iván Zulueta intentó jugar aquí a ser Richard Lester, influido por las películas de The Beatles, y se dio un buen castañazo. El país, mejor dicho, la Dictadura no estaba dispuesta a aceptar veleidades de melenudos. Zulueta, con la complicidad de José Luis Borau, ensayó ser libre y radical, improvisando gran parte de los diálogos. Eso está bien, siempre que el resultado sea mínimamente digno. No es el caso. Las sandeces menudean, y hay límites que no se pueden traspasar, de manera que todo es inane, majareta y carente de gracia. Lo siento, pero alguien tenía que decirlo. Los actores, pobres, librados a su suerte, están fatal, obligados a hacer cosas que hasta a ellos les debían repatear. Las chicas son monas pero sosas, una combinación letal. De hecho, quien sale mejor parado es José María Iñigo, quién lo iba a decir. He leído que la puesta en escena, los decorados y tal eran frescos y renovadores, pero temo que el entusiasmo ha desbordado a algunos seguidores de la cinta. Lo mejor es el desfile de grupos de la época, algunos infumables, otros tolerables, unos cuantos auténticos pioneros de un pop capaz de competir con la invasión anglosajona. Quedan unos retales de celuloide que hablan de unos tiempos que a las nuevas generaciones se les antojarán de ciencia ficción, pero eso es lo que había, y hasta conseguimos sobrevivir a ellos (casi). Documento de unas gentes y un país que luchaban por mejorar su calidad de vida y se esforzaban por poner un pie en el siglo XX. Lástima..
Eduardo
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