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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
8
Cine negro. Drama Ambientada en Boston durante los años 20, en la época de la ley seca, gira en torno a un hombre que se adentra en el mundo del crimen organizado. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es notorio que la inexpresividad de Ben Affleck puede alcanzar cotas superiores a la del injustamente denostado Victor Mature, pero le redime su buen hacer como realizador. Hasta ahora, había logrado sustanciosos beneficiosos para sus productores, cada vez más abultados, pero con Vivir de noche se ha pegado un batacazo de dimensiones cósmicas. Y no lo entiendo. No entiendo las críticas negativas, como no entiendo la falta de interés de los espectadores hacia una obra que se encuentra bastante por encima de la media de lo que llega a nuestras pantallas. Tal vez nuestro hombre aspiraba a crear una saga a la altura de El padrino y no lo ha logrado, pero lo que he visto durante las dos horas largas de proyección me ha convencido plenamente.
Joe Coughlin vuelve de la Primera Guerra Mundial con la moral por los suelos y ganas de prosperar deprisa. Hijo de un policía, decide optar no obstante por el camino fácil de la delincuencia, aprovechando la vigente Ley Seca. Como mano derecha de un gangster, deberá enfrentarse a las bandas enemigas, a los agentes de la ley, incluso al mismísimo Ku-Klux-Klan. A lo largo de una década se embarcará en una carrera de asesinatos, destrucción y corrupción que le llevarán a sofisticados ambientes, poblados por mujeres tan seductoras como peligrosas. Hasta el desastre final...
Affleck logra recrear esa época frenética de jazz y alcohol con brillantes set pieces, trepidantes escenas de acción y remansos de paz en que el amor y el sexo imponen su ley. No hay personajes bondadosos, todos son malvados, corruptos, amorales, decididos a triunfar en su empeño caiga quien caiga. La cámara explora con agilidad tugurios, speakeasys, lujosas mansiones, sórdidos burdeles, eventuales paisajes donde reponerse de tanta violencia. Una banda sonora muy bien tramada por Harry Gregson-Williams acompaña la acción y nos transporta a esa época en que morir era tan fácil como enriquecerse de un día para otro. No se profundiza demasiado en los personajes, eso es cierto, porque para ello habrían hecho falta un par de horas más, pero hay algunos mejor dibujados que otros, como la fanática religiosa a la que da vida una espléndida Elle Fanning, así como su padre, el sheriff, al que insufla vida un impresionante Chris Cooper. Reseñar la aparición de Brendan Gleeson como padre de Joe, y la dulzura que aporta Zoe Saldana entre el rugir de las metralletas y los chillidos de agonía. En cuanto a Ben, bueno, cumple a la perfección detrás de la cámara, y delante nos ofrece su mentón granítico y su rostro desprovisto de toda expresión. Pero que siga dirigiendo, por favor.
Eduardo
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