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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
6
Drama Rusia, a finales del siglo XIX. La actriz Irina Arkadina (Annette Bening) es una veterana y vanidosa estrella del teatro moscovita que pasa parte del verano en una idílica finca junto a un lago, propiedad de su hermano enfermo (Brian Dennehy). Allí compartirá los días con su amante, el escritor Boris Trigorin (Corey Stoll), su hijo (Billy Howle), aspirante a escritor, y la joven e ingenua actriz Nina Zarechnaya (Saoirse Ronan). Ellos, y ... [+]
17 de junio de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay obra más definitoria del inmenso talento de Antón Chéjov que esta obra teatral, un fracaso en su estreno, que habla del paso del tiempo, la brevedad de la vida, los amores contrariados, los lánguidos atardeceres de un verano fugaz, tan fugaz como la misma juventud. Es preciso sentarse relajado y escuchar los hermosos diálogos que van desgranando los personajes cuyas vidas, en el plazo de dos años, cambian de forma drástica, visitados por la muerte, el desamor, la contrariedad, el fin de las ilusiones. En esta versión rodada en Estados Unidos, pero de innegable paleta británica, la elegancia y la sensibilidad toman las riendas del relato y nos pasean por la existencia de unos seres que se aman de manera entrecruzada. Nadie se entera de que es amado por otro que no es su pareja hasta que es demasiado tarde. Un viaje de estas características necesitaba de un reparto poderoso, como así ha sido. Encabezado por Annette Benning, maravillosa actriz, maravillosa mujer, siempre ninguneada por el Oscar: cuando no la nominan, sale entre las cinco elegidas y se lo dan a otra. Así es la vida. Pero Benning va bien acompañada por la deliciosa Saoirse Ronan, una de las intérpretes más cualificadas de su generación, que nos brinda una Nina frágil y entregada al amor generoso de la adolescencia; por Corey Stoll, en el papel del voluble Boris, un hombre débil en lo tocante a los enamoramientos; y por el gran Brian Dennehy, ya octogenario, al que yo creía jubilado o enterrado, un Sorin de lo más convincente. El resto del reparto funciona como un mecanismo de relojería. Mayer consigue traspasar las fronteras del escenario y componer conmovedoras escenas de exteriores que nos sacan de los estrechos confines que delimitan la mansión. No es una gran película, por supuesto, sino una preciosa pieza de orfebrería que restaña las heridas de los corazones y templa el exceso de palpitaciones. Una muy hermosa banda sonora de Nico Muhly y Anton Sanko acompaña a las peripecias vitales de las criaturas inmortalizadas por el genio de Chéjov.
En 1968, Sidney Lumet dirigió una versión de La gaviota interpretada, nada más y nada menos, por Vanessa Redgrave, David Warner, James Mason y Simone Signoret, además de Harry Andrews y Denholm Elliott. ¿Os lo imagináis? Y jamás, jamás se ha editado en DVD. ¿Alguien podría hacernos un favor? Gracias.
Eduardo
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