Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
7
Western. Aventuras. Romance A finales de la guerra Civil Norteamericana (1861-1865), un grupo de confederados mandados por el capitán Pierre Cardona se dedica a robar los cargamentos de oro que transporta el ejército yanqui. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Howard Hawks nos dijo adiós con esta película en 1970. Rio Lobo marca el punto final de una carrera desarrollada a lo largo de 44 años y 47 títulos, sembrada de obras maestras en géneros tan diversos como la comedia (La fiera de mi niña, Bola de fuego, Me siento rejuvenecer), el drama (Sólo los ángeles tienen alas, Sargento York), el thriller (Scarface, El sueño eterno), y, por supuesto, el western (Rio Rojo, Rio Bravo, El Dorado), sólo por mencionar algunas. Rio Lobo, que no es una obra maestra, pero sí un trabajo muy consistente, es el canto del cisne, la despedida. Dos viejos amigos, el Duque y el Zorro Plateado, deciden hacer mutis por el foro, reunidos en su género favorito. A Wayne todavía le quedó cuerda para seis años más, pero Hawks no volvería a dirigir. Rio Lobo era ya una película de otra época, una época desaparecida, muerta y enterrada. Durante los años 60, el Free Cinema, la Nouvelle Vague y toda una vanguardia de jóvenes realizadores se encargarían de dinamitar los viejos esquemas para aprovechar al máximo las posibilidades de su arte. Aunque todos volverían a los cauces trillados, salvo alguna honrosa excepción, el trabajo ya estaba hecho. Cuando ves en Rio Lobo a John Wayne, que intenta disimular la tripa y se sube al caballo con ciertas dificultades, sabes que la cinta es un responso y un hasta siempre. Acompañado de Jack Elam, que roba con facilidad todas las escenas en que aparece, da la alternativa a las nuevas generaciones, encarnadas en el soso Jorge Rivero y la muy hermosa pero desaprovechada Jennifer O'Neill, que acabaría filmando tonterías en Italia (no me refiero a El inocente). Se unen a la fiesta de clausura el gran William Clothier, uno de los mejores cámaras de todos los tiempos, y Jerry Goldsmith en estado de gracia, con una banda sonora que respira vitalidad por todas las notas, con homenajes y guiños al spaghetti western esparcidos aquí y allá. Rio Lobo ha resistido sin problemas el paso del tiempo y resulta tan agradable ahora como cuando su lejano estreno (no la había visto desde entonces, recuperada con la magia del Blu-Ray). ¡Loor y gloria a Howard Hawks!
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow